Jeep Compass 2.2 CRD 163 CV 4×4, prueba (Diseño exterior, interior y acabados)
Repaso al diseño exterior, interior y maletero del Jeep Compass 2.2 CRD 163 CV 4×4.
Seguimos con el Jeep Compass, el pequeño de la familia Jeep que hemos probado con motor diesel de 2,2 litros CRD con 163 CV. Además el modelo que probamos disponía de la tracción integral conectable, algo que vimos en la primera parte de la prueba junto con las prestaciones del motor y comportamiento.
Ahora en esta segunda parte nos centramos en el diseño exterior, que ha sufrido un acertado restyling que le hace ganar presencia, además tampoco nos olvidamos del análisis del interior, espacio o maletero. Así que arrancamos con esta segunda parte en la que analizaremos el diseño exterior, interior y acabados.
Diseño exterior
A finales de 2010 el Jeep Compass sufría un profundo lavado de cara en su frontal, ahora mucho más europeo y con líneas más actuales. Eso sí, siguen presentes elementos como la parrilla de siete huecos que es todo un signo de identidad en Jeep.
En el frontal también encontramos otro detalle curioso -se trata de las luces- la bombilla lleva un recubrimiento con el logo del frontal de Jeep. Más allá de estos detalles, la línea lateral se caracteriza por el marcado diseño de las puertas traseras y por la posición de los tiradores, elevados como si buscaran la imagen de un coupé.
Los pasos de ruedas son más anchos que las puertas y lo mismo ocurre en la parte trasera, donde ese cambio de profundidad llega hasta la mitad de las puertas traseras. Finalmente la zaga es de líneas más tradicionales y cuenta con tecnología LED para las funciones de freno y luces, de los pilotos traseros.
Las llantas de 17 pulgadas son parte del acabado Sport, con unos neumáticos ideales para la conducción off-road con medidas 215/60 R17, es decir, con bastante perfil para poder pasar sin problemas por zonas algo más complicadas.
Diseño interior, habitabilidad y acabados
El diseño del salpicadero es sencillo, hay abundancia de plásticos duros, pero al menos los ajustes son correctos. Destaca el volante de grandes dimensiones que es idéntico al que equipa el Grand Cherokee y cuenta con mandos para controlar el cruise control y la radio. El cuadro de instrumentos es también bastante austero en formas e información, cumple su función sin mayores aspiraciones.
El ordenador de abordo, cuenta con pocas funciones, eso sí, disponía de brújula, muy campestre y acorde a la filosofía de la marca. La postura de conducción es elevada, con unos asientos amplios y con altura suficiente para la cabeza.
Mientras que en las plazas traseras se pueden ajustar los respaldos, y dos adultos viajarán cómodamente, con suficiente espacio tanto para los pies como para la cabeza. El mullido de los asientos es correcto, no llega a ser demasiado blando y cuando pasas varios kilómetros al volante son cómodos.
Los mandos de luces y limpias tenían algún que otro detalle curioso a la hora de poner los limpias en marcha o encender los antiniebla traseros, porque aglutinaban bastantes funciones en un sólo mando. Para funcionar con el limpia no se bajaba o subía la palanca, sino que se giraba el mando en el extremo.
Huecos y maletero
El apartado de huecos no es el punto fuerte del Compass, porque tiene bastantes huecos pero son de pequeño tamaño o insuficientes para guardar objetos de tamaño medio como un móvil. Por otro lado, el maletero cuenta con una capacidad de 328 litros, una cifra bastante justa pero suficiente.
En el acabado Limited, trae de serie unos altavoces para hacer botellón en el portón del maletero, para los más ociosos.
En la tercera parte de la prueba nos centraremos en el equipamiento, hablaremos también de la seguridad, de nuestra valoración general del modelo y precios.
Fotos | David Taboada
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