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El híbrido con el botón mágico para el SEMA: Honda CR-Z Racer
¿Que un híbrido nunca podrá ser deportivo? Piénsalo muy bien, porque tenemos ante nuestros ojos a uno que sí lo es y sin demasiados cambios sustanciales dentro de su motor. A pesar de que el CR-Z no es estrictamente un deportivo, ni un coche para correr, la gente de Honda esta vez se ha esmerado. […]
¿Que un híbrido nunca podrá ser deportivo? Piénsalo muy bien, porque tenemos ante nuestros ojos a uno que sí lo es y sin demasiados cambios sustanciales dentro de su motor. A pesar de que el CR-Z no es estrictamente un deportivo, ni un coche para correr, la gente de Honda esta vez se ha esmerado.
En el exterior, ya lo estarás viendo. La estampa le ha caído como anillo al dedo y realmente la pinta que tiene con ese esquema de colores, con las líneas rojas, le sienta bien. Las llantas blancas, sin duda, influyen para que el CR-Z Racer se vea más atrayente, pero tiene otras particularidades, incluso para aquellos que fruncimos el ceño ante las palabras «híbrido» o «eléctrico».
He nombrado a las llantas de 17 blancas y hay que mencionar también la bajada en la suspensión, junto con el alerón trasero que no está de adorno, sino que es plenamente funcional, según la gente de Honda. Pero hay más. Este CR-Z Racer no es un híbrido disfrazado sino que dentro del motor, Honda tiene otro as bajo la manga.
El sistema híbrido permanece, junto con el motor 1.5 i-VTEC. Pero le han agregado un turbo Borg Warner, lo cual no sería nada del otro mundo, si no fuera porque el motor trabaja en conjunción con el sistema híbrido, que no se ha quedado como estaba. Es decir, los chicos de Honda han tenido la excelente idea de usarlo como un booster de potencia. Al toque de un botón, el sistema híbrido entrega toda la potencia disponible, llegando a los 200 caballos y un buen par motor de 175 libras.
¿Te ha gustado el CR-Z Racer o aún crees que un híbrido no puede correr?
Vía | Autoguide
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