Cómo bajar la temperatura del interior del coche en verano
Conducir en verano puede resultar ser todo una odisea debido a las altas temperaturas y el sol que calienta el interior del coche, por lo que queremos ofrecerte unos pocos consejos que no evitarán el calor estival, pero sí te permitirán mantener una temperatura menos alta en el coche
Ya estamos en verano, y entrar en el coche puede llegar a convertirse en una auténtica prueba debido al sofocante calor que suele acumularse en su interior. Si hemos aparcado al sol y no hemos puesto elementos reflectantes, como un parasol en el parabrisas, la temperatura puede superar unos 10 o 12 grados a la exterior. Te vamos a dar unos consejos para evitar pasar por este mal trago, al menos, en la medida de lo posible, claro.
Realmente, poco se puede hacer con estas temperaturas estivales y un sol que calienta como en ninguna otra época del año, pero hay algunos pequeños trucos que permitirá mantener el coche a temperatura ambiente. Lo principal es buscar un aparcamiento a la sombra. Está claro que no podrá ser siempre así, e incluso si está aparcado durante muchas horas, la sombra se moverá y tarde o temprano quedará expuesto al sol.
Para evitar encontrarse con la desagradable sorpresa de meterse en un horno, hay que tener en cuenta las horas que el coche estará parado. Es fácil saber cómo estará la sombra en el momento en que calculamos que volveremos a utilizarlo, para que las últimas horas esté a la sombra y su temperatura interior no suba tanto.
Con la ayuda de un parasol se evitará también que el sol caliente el volante y los asientos, reduciendo la temperatura. Si se deja dos ventanillas enfrentadas ligeramente bajadas, de manera que circule el aire, también se reducirá el impacto del calor estival. No es necesario que sea mucho, simplemente un poco para que el aire caliente pueda salir.
Antes de entrar al coche, se ha de mantener abiertas las ventanillas, de manera que el aire caliente salga gracias a la corriente que se produce al abrirlas. Un pequeño truco es abrir la ventanilla del lado del acompañante y abrir y cerrar la puerta del conductor varias veces. De esta manera se crea un efecto succión y el aire caliente de dentro sale afuera, entrando el aire del exterior al coche.
Desde luego, esto no ofrecerá frescor, pero se cambiará el aire caliente de dentro del coche por el más fresco del exterior. Esta solución tampoco evita que el volante esté caliente así que hay que tener cuidado a la hora de cogerlo, porque podemos quemarnos.
Al conducir en verano, también hay que tener en cuenta el calor excesivo. Una temperatura elevada puede causar sopor y provocar una merma de la atención al volante. Se puede combatir con el aire acondicionado, por supuesto, pero también se puede reducir la temperatura interior del coche bajando un poco las ventanillas y provocando una corriente de aire.
De esta manera no se acumulará el calor en el interior y se hará más soportable el momento de la conducción. Este exceso de temperatura también hace que se sude demasiado, por lo que podría causar molestias por deshidratación. Así que no solo hay que descansar cada dos horas, aproximadamente, en los viajes largos, sino que hay que beber cada poco tiempo para mantenerse hidratado y alerta.
Si el viaje previsto es largo y se realiza en verano, hay que saber que hará calor. Es inevitable, pero se puede hacer un planning de viaje de manera que se eviten los momentos de más calor. Se puede salir de viaje bien temprano, antes de que el sol eleve la temperatura. En los momentos de más calor, a partir del mediodía y hasta las cinco de la tarde, es mejor parar y evitar la conducción si no es indispensable.
Estar descansados y no someterse a la temperatura excesiva puede ayudar a continuar el camino de manera más relajada y aunque no más fresquita, al menos sí más agradable.
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