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Los coches británicos de las primeras películas de James Bond
Si en un artículo anterior vimos los principales coches de SPECTRE, la última película de James Bond, es el momento de acercarnos a las primeras entregas del superagente 007, con los coches que le llevaron en marcha en sus primeras películas, dominadas sobre todo por los Aston Martin
Las películas de James Bond se han caracterizado siempre por ser un escaparate de artículos de auténtico lujo. No se trata solo de impecables trajes, relojes espectaculares y un tipo de vida elegante y exclusivo. Lo que ha formado parte de la mitología del agente Super 007 han sido los coches que ha tenido el placer de conducir a lo largo de una larga saga cinematográfica. En un artículo anterior hemos hecho un repaso a los modelos que han aparecido en Spectre, la última entrega, pero ahora vamos a repasar los principales vehículos que han aparecido en las películas.
Aunque todos suelen fijarse en el Aston Martin DB5, antes de este hubieron varios modelos que iniciaron la leyenda de una de las series cinematográficas más populares de todos los tiempos. El primero de todos ellos fue un Sunbeam Alpine, que apareció en Dr. No. Este modelo tenía un motor de 1.5 litros y aportaba una potencia de 80 CV. Este coche tiene su historia, ya que se trataba del vehículo de un habitante de la isla donde se rodaron las escenas donde aparecía. Al no existir ningún otro deportivo disponible, se convirtió en el modelo elegido para la película.
En la siguiente película de la saga apareció el Bentley Mark IV, un modelo que fue el primer coche lanzado por la marca británica tras el fin de la II Guerra Mundial. Estuvo presente en el mercado desde el año 1948 hasta 1956. Este modelo en concreto tenía hasta un teléfono, lo que ya es sorprendente en un coche que apareció en una película de los años 60.
Goldfinger fue el título de la tercera película y significó el debut del coche que muchos consideramos como el más mítico de toda la saga. El Aston Martin DB5 apareció en seis películas, la última de ellas Skyfall, a modo de homenaje. En este caso se trató de un acuerdo entre la marca y la productora. Se quería que el mejor agente de los Servicios Secretos de Su Majestad condujera un auténtico símbolo de la automoción británica. Así que se eligió el Aston Martin DB5 y se le equipó con varios gadgets para convertirlo en un supercoche.
De todas las unidades que se prepararon para las películas, solo ha sobrevivido uno. Fue vendido a un coleccionista estadounidense por 12.000 dólares y en el año 2010 fue vendido en una subasta por 4,1 millones de euros. Un buen negocio, desde luego.
El Aston Martin DBS ha participado en las películas en dos versiones. Primero, la clásica, lanzada en 1969 y que equipaba un motor 4.0 litros de 282 CV, mientras que el que vimos en Casino Royale, la versión más reciente, equipaba un bloque 6.0 V12 de 517 CV.
Aston Martin ha sido la marca elegida para otras películas, como en el caso de Alta Tensión, donde Timothy Dalton conducía un V8 Vantage, que también fue modificado para dotarlo con la tecnología propia del MI6. El Lotus Sprit y el Lotus Sprit Turbo también participaron en sendas películas, La espía que me amo y Solo para tus ojos. El primero era anfibio en su película, aunque en la realidad equipaba un motor Lotus de 210 CV.
En un próximo artículo vamos a repasar otros coches, grandes modelos que han acompañado al agente 007 en más películas de la saga, cuando los productores comenzaron a desmarcarse de las marcas británicas y llegaron modelos alemanes, estadounidenses e incluso japoneses. Hasta el momento en que regresaron con fuerza, reclamando su lugar en la leyenda de James Bond.
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