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Los coches que Fisker nunca construirá
Fisker ha entrado en la espiral de la bancarrota. El día de hoy ha despedido a la mayor parte de sus empleados y se espera que las cosas aún marchen peor para quien fuera una vez una de las promesas en vehículos híbridos. El Surf, Sunset y Atlantic son los tres modelos que Fisker nunca ha alcanzado a construir.
Esta mañana gran parte de los empleados de Fisker Automotive fueron despedidos, lo que parece ser el principio del fin de la marca, tal cual os habíamos contado hace poco tiempo. Quien otrora fuera una de las compañías que más prometían en el panorama de los híbridos, se acerca a un destino que a estas alturas es difícil de evitar.
Quedan atrás las promesas del Fisker Karma, que alcanzó a producir algunos modelos, pero que tuvo que ser prácticamente cancelado ante la falta de capital tan solo para seguir fabricándolos. Pero hay otros modelos de Fisker, que han corrido una suerte peor que la del Karma, como el Sunset, el Surf o el Atlantic.
El Sunset iba a ser la versión convertible de dos puertas del Karma, un coche que no pasó de ser un bonito proyecto presentado en el 2009 en el Salón de Detroit. Muy similar al Karma, era un convertible sin pilar central. Con la misma autonomía, el mismo rendimiento y el mismo tren motriz que el Karma S.
El Karma Surf había sido pensado como la versión shooting brake de Fisker. Fue presentado en el Salón de Frankfurt del 2011, con un diseño extremadamente raro (muy parecido al del Ferrari FF), sobre todo en el remate de la zaga, gracias a un maletero de unos 820 litros de capacidad. Se llamaba Surf porque se decía que se podía transportar en su interior hasta una tabla de surf. Este modelo, había sido creado exclusivamente para el mercado europeo.
Los modelos anteriores brillaron por su ausencia en producción, aunque habían sido prometidos para el año pasado. Pero quien tenía más posibilidades de llegar a buen puerto era el Atlantic, una berlina más accesible, que debutaba el año pasado en el Salón de Nueva York. Supuestamente el Atlantic iba a ser ofrecido con tracción total o tracción simple, aunque sus motores eléctricos erogaban menos potencia que los del Karma. El modelo era factible para ser producido y todo estaba bien encaminado, cuando el destino se interpuso: inició la bancarrota del fabricante de baterías A123 y el consiguiente peregrinar de Fisker en busca de fondos del gobierno para construirlo a toda costa.
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