¿Arreglar el coche tú mismo o llevarlo al taller?
Está claro que en los tiempos actuales que vivimos, cuando le pasa algo al coche y llegada la hora de afrontar una reparación de ésas que sabemos que son caras, comenzamos a palidecer y a temblar como hojas al pensar en la factura que el mecánico de turno nos va a poner en las manos, […]
Está claro que en los tiempos actuales que vivimos, cuando le pasa algo al coche y llegada la hora de afrontar una reparación de ésas que sabemos que son caras, comenzamos a palidecer y a temblar como hojas al pensar en la factura que el mecánico de turno nos va a poner en las manos, momento en que (alguna vez) habremos pensado ¿Y si lo hiciéramos nosotros mismos?
Resulta que servidor es de aquellos a los que les gusta meterle mano al motor y hacer las reparaciones que humanamente pueda hacer, sin llevarlo al taller. La verdad es que algunos trabajillos menores los puede hacer uno mismo con un poco de ingenio y, claro está, teniendo las herramientas necesarias. Muchas de los reparaciones, reemplazos o ajustes son realmente fáciles de hacer, pero otros requieren de más habilidad. Aunque con el correr del tiempo, y cuántos más trabajos bien hechos finalizas tú mismo, te vuelves más atrevido y encaras las cosas con más confianza.
Pero el problema llega cuando lo que estamos haciendo no sale felizmente bien y finalmente tenemos que llevarlo a algún mecánico que nos saque del problema y, de paso, gastando más dinero de lo que queríamos gastar originalmente haciéndolo nosotros mismos.
El día de ayer me disponía a reemplazar los rodamientos de una rueda de mi coche que comenzaron a hacer ruidos extraños desde hace un par de días atrás. Como experiencia previa, solamente una vez me había tocado ver cómo lo hacía un mecánico profesional, secuencias e imágenes que intenté grabarme en la cabeza para que, llegado el momento de tener que hacerlo yo mismo, pudiera decir «lo he logrado».
Con las manos negras y después de medio día de trabajo, me encontré con el rodamiento problemático casi soldado, fundido con el eje y del cual solamente pude quitar algunos pedazos. Lo que quedaba de la pieza se resistía y se resistió a salir, así que finalmente me dí por vencido y le encargué el trabajo a un mecánico. En mi defensa diré que ni siquiera el mecánico ha asegurado al primer vistazo poder sacar los restos del rodamiento, sin emplear medidas muy extremas.
El hecho de poder hacer bien una reparación es un logro, si lo hacemos nosotros mismos, con las herramientas indicadas y el tiempo necesario para hacerlo, dos cosas que realmente son escasas para la mayoría. Pero nada mejor que un profesional (honesto) en la materia, aún si nos creemos muy manitas en el asunto, aunque sepamos muy bien de qué va la cosa o seamos muy aficionados a ensuciarnos las manos. Créeme. Ahorrarás tiempo y bastante dinero si te ocurren situaciones insalvables, como la que me ha tocado a mí.
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Intentar cambiar un rodamiento que va metido a presion, sin la prensa, solo con la tecnica de los golpes con el taco de madera no fue buena idea …
Un saludo.