Algunas recomendaciones para viajar con niños este verano
Viajar con niños es siempre algo complicado, porque tienen mucha energía y no pueden estarse quietos, aunque esto puede solucionarse planificando el viaje con varias paradas y permitiendo que jueguen tanto en el coche como durante las paradas y utilizando siempre las sillas adecuadas a su peso
Cuando comenzamos las vacaciones, lo normal es plantearse estos días de descanso para desplazarse hasta otros lugares. Muchas veces, estos desplazamientos se hacen con la familia, en compañía de los niños. No hay pasajeros más complicados que los niños, así que vamos a ofrecer algún consejo para esos cientos de kilómetros realizados con los niños no se conviertan en un suplicio y el ya sabido «¿Falta mucho?» sea el único problema con el que nos encontremos al viajar con ellos.
Lo principal es tener una silla para niños adecuada al peso del niño. No hay que decir que cada niño debe de tener una sillita adecuada a sus características físicas. Es importante recordar que las sillas para niños no se basan en la edad del menor, sino en el peso. Cada horquilla de peso necesita una silla específica y hay que tenerlo en cuenta a la hora de viajar. No se trata de que pueda caer una multa, sino que ante un golpe, el niño quedará desprotegido.
Los anclajes isofix son ahora la norma en los asientos traseros, pensados para llevar bien anclada la silla del niño. Son anclajes muy seguros que permiten mantener la silla en su sitio y en consecuencia, el niño bien seguro. Si el niño va situado en una silla en el asiento delantero, porque es muy pequeño, hay que desactivar el airbag del acompañante. En caso de siniestro, este se desplegaría y podría desplazar la silla y lastimar al bebé.
En cuanto al viaje en sí, aunque este no sea excesivamente largo, hay que planificarlo con cuidado. Un viaje que dure más de dos horas necesita una parada como mínimo. Esta ha de ser en algún lugar que permita a los niños bajar y moverse para estirar las piernas un poco y consumir algo de la energía inacabable que tienen.
Durante el trayecto es mejor tenerlos distraídos, bien gracias a una película o similar, bien cantando y jugando, si es posible y no interfiere con la conducción. La temperatura del coche debería estar en unos 22 grados, que permite no padecer mucho calor y no enfriarse demasiado. Las paradas cada dos horas o 200 km son indispensables para que se no se cansen y puedan tomar un poco el aire, sobre todo en verano.
Los niños suelen ser intranquilos y muy vitales, aunque siguiendo estos consejos se puede viajar de manera tranquila con ellos y llegar más relajados y seguros que si se realiza todo el viaje en una única etapa.
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