Alfa Romeo Giulia, presentación y prueba en Madrid

Alfa Romeo acaba de iniciar la comercialización de un modelo que llama al pasado para mejorar el futuro de la marca italiana. Su nombre es Giulia, y sí, se llama exactamente igual que el conocido modelo de la marca de los años 60 y 70.

El nuevo Alfa Romeo Giulia trata de devolver a la marca ese carácter y esa pasión que parecía haber perdido en los últimos tiempos, y lo hace con un espíritu latino en el que el diseño y la deportividad van de la mano, convirtiéndolo en una berlina muy apetecible.

Durante una breve jornada hemos podido conocer todos sus detalles, verlo, examinarlo y rodar unos kilómetros (aunque pocos) con él. La marca sólo disponía para esta toma de contacto del Alfa Romeo Giulia en acabado Super y con la motorización 2.2 diésel de 180 caballos.

Diseño exterior

El Giulia mide 4,64 metros de largo, por 1,86 metros de ancho y 1,44 de alto. La batalla es de 2,82 metrosLa parte delantera del nuevo Alfa Romeo Giulia utiliza tres tomas de aire. Una en cada lado de la parte baja y otra central con la forma de escudo típico de la marca que acompaña a sus modelos desde hace varias décadas, dejando la matrícula al lado izquierdo del frontal. Su mirada deportiva proviene de unas finas ópticas con mucho carácter. El capó tiene dos nervios curvos que continúan las líneas empezadas en la parrilla central y finalizan en los espejos retrovisores.

En la vista lateral vemos las grandes dimensiones del capó, que es muy alargado y prácticamente plano, continuando con la típica forma de berlina de cuatro puertas. Las formas de diseño de los costados hacen saber a simple vista que “lo bueno” de este coche se encuentra detrás, es decir, nos dice visualmente que es de propulsión trasera. Esto se consigue centrando nuestra atención en la mitad posterior del turismo. Las llantas de las unidades eran de 18 pulgadas con diseño multi-radio, aunque en este acabado las de serie son de 17 pulgadas.

En la zaga los pilotos de luces, igual que en el frontal, son muy finos y alargados. En este caso se dividen estando la mitad aproximadamente integrados en la tapa del maletero y la parte restante en la carrocería. La parte baja del paragolpes trasero está acabada en color negro y cuenta con una salida de escape a cada lado en cromado.

Diseño interior

Los materiales están al nivel de sus tres rivales alemanasUna vez en el interior, reconocemos fácilmente que no estamos ante un coche alemán ni ante un japonés, sino en el puesto de conducción de un pasional italiano. Los materiales están al nivel de sus tres rivales alemanes y los acabados también. Dependiendo de las versiones, podemos encontrar inserciones en madera en su salpicadero, en la consola central y en las puertas. En la parte central del salpicadero se encuentra la pantalla de 8,8 pulgadas del sistema infoentretenimiento que, contra todo pronóstico, no es de manejo táctil.

El cuadro de instrumentos es de muy fácil lectura y entre los diales posee una pequeña pantalla a color en la que se muestran diferentes informaciones al conductor sobre el estado del vehículo. El volante es de tres radios, muy finos por cierto, con un tacto perfecto y muy levemente achatado en su parte inferior. Destaca que en el lado izquierdo del mismo tenemos un botón circular para arrancar y detener el motor. Las versiones automáticas, como era el caso, cuentan con unas enormes levas acabadas en aluminio tras el volante, fijas y de buen tacto, que recuerdan en cierto modo a las utilizadas por Ferrari. En cualquier caso la sensación de calidad es muy buena y resulta muy elegante.

En cuanto al espacio, el Alfa Romeo Giulia no es uno de los más generosos del segmento. Si nuestra unidad cuenta con techo solar, el techo es unos centímetros más bajo y puede parecer algo justo para tallas superiores al 1,80 de altura. También pudimos subirnos a una unidad sin techo y la diferencia en este aspecto era bastante notable en las plazas delanteras, por lo que si eres una persona alta no te recomendaría el opcional del techo solar.

En la segunda fila de asientos, las plazas laterales cuentan con un espacio bastante generoso para las piernas por la distancia longitudinal aunque en altura al techo podría ser mejorable, en cualquier caso se puede catalogar de positiva, para un coche diseñado buscando más una estética deportiva que un interior funcional. La peor parte se la lleva la plaza central, que es muy limitada. La anchura es muy reducida, la altura al techo es algo menor que en las laterales y el túnel de transmisión es demasiado grande, por lo que mejor utilizarla lo menos posible.

El maletero tiene un volumen de 480 litros, aunque visualmente parece más pequeño por la estrecha boca de carga típica de los vehículos de cuatro puertas, que dificulta la carga y descarga del mismo.

Al volante

Nos sentamos en el asiento del conductor, pulsamos el botón circular del volante y el 2.2 turbodiésel de nuestra unidad cobra vida. Todas las versiones diésel tienen 2,2 litros de cilindrada, existiendo versiones de 136, 150 y 180 caballos, todas ellas disponibles en cambio manual de seis velocidades o automático de ocho para la de 150 y la de 180 caballos. La unidad probada se asociaba al motor más potente de la gama diésel y al cambio automático.

Al arrancar se nota un buen aislamiento a nivel de vibraciones en el interior, aunque sí es cierto que “se cuela” algo de sonido del motor al habitáculo en frío a ralentí y durante aceleraciones fuertes. Nos sorprende la palanca de cambios muy similar a la utilizada por BMW, aunque se nota que de una calidad ligeramente inferior.

La variante más potente hasta el momento (exceptuando el QV) rinde 180 caballos y unos destacables 450 Nm de par. No resulta un motor explosivo, siendo muy lineal y empujando con contundencia desde antes de las 2.000 rpm hasta las 4.000 aproximadamente. Tal vez esa respuesta tan lineal transmita la sensación de no acelerar muy rápido, pero hace el 0 a 100 km/h en 7,1 segundos. El cambio automático responde bien, siendo suave cuando la demanda de potencia es baja y rápido pero sin brusquedad cuando elevamos el ritmo.

El Giulia ha sido diseñado como una berlina de corte deportivo, y eso se nota especialmente en su dirección. Es muy muy directa e invita a una conducción dinámica. El perfecto reparto de pesos entre ambos ejes, su longitud total compacta para el segmento D junto a un peso muy contenido, lo hacen un coche ágil, que obedece nuestras órdenes y que responde rápido a los giros del volante. La suspensión está más bien enfocada a la deportividad, siendo más rígida que blanda, aunque no por ello incómoda. En cualquier caso, el tiempo de prueba era muy limitado y lo confirmaremos más a ciencia cierta cuando la marca nos ceda una unidad durante varios días.

Equipamiento y acabados

El Giulia trae consigo sistemas como el aviso de colisión frontal y freno de emergencia automático con reconocimiento de peatones, sistema de frenos integrado (IBS), advertencia salida involuntaria de carril, control de ángulo muerto, navegador Connect en pantalla de alta resolución y 8,8 pulgadas, faros delanteros de xenón con iluminación direccional y luz diurna de LED, pilotos traseros de LED y selector de modos de conducción (D.N.A.) entre otros.

La gama está compuesta, actualmente, por tres motorizaciones diésel y solo una de gasolina, el Quadrifoglio Verde. Todas estas versiones son de propulsión trasera aunque, Alfa ha confirmado que posteriormente llegarán versiones de tracción integral y al menos dos motorizaciones de gasolina más.

Existen tres acabados distintos: Giulia, Super y Quadrifoglio VerdeEl acabado Giulia incorpora llantas en 16 pulgadas, asientos de tela, climatizador bizona, aviso de colisión frontal con asistente a la frenada de emergencia, aviso de cambio de carril, D.N.A., luces antiniebla, sensores de luz y lluvia, freno de mano eléctrico, Alfa Connect con 6,5 pulgadas, cuadro de instrumentos con pantalla TFT de 3,5 pulgadas y volante de cuero multifunción.

El Alfa Giulia con acabado Super añade llantas de 17 pulgadas, asientos con tapizado mixto de piel y tela, dos tonalidades a escoger para el interior, doble salida de escape, inserciones en aluminio, sensores de parking traseros, levas para el cambio automático.

El más alto es el acabado Quadrifoglio y se asocia al deportivo motor V6 de 510 caballos. Cuenta con llantas de 19, asientos deportivos en piel y alcántara, capó y techo de fibra de carbono, cuatro salidas de escape, paragolpes deportivos, acabados en fibra de carbono, luces bi-xenón, volante deportivo específico, y cuatro sistemas para mejorar la dinámica del conjunto como son el Active Aero Splitter, el DNA Pro, sistema Active Torque Vectoring y el CDC, además de aviso de ángulo muerto y el logo con el trébol de cuatro hojas.

Precios de la gama Alfa Romeo Giulia

• Alfa Romeo Giulia 2.2 JTDM 136 caballos Giulia: 33.150 euros
• Alfa Romeo Giulia 2.2 JTDM 150 caballos Giulia: 34.550 euros
• Alfa Romeo Giulia 2.2 JTDM 150 caballos Giulia automático: 37.050 euros
• Alfa Romeo Giulia 2.2 JTDM 150 caballos Super: 36.050 euros
• Alfa Romeo Giulia 2.2 JTDM 150 caballos Super automático: 38.550 euros
• Alfa Romeo Giulia 2.2 JTDM 180 caballos Super: 37.850 euros
• Alfa Romeo Giulia 2.2 JTDM 180 caballos Super automático: 40.350 euros
• Alfa Romeo Giulia 2.9 V6 510 caballos Qaudrifoglio: 86.600 euros

Alfa Romeo afirmaba durante la presentación que prevén que la versión más vendida sea la variante diésel de 180 caballos con cambio automático.

Museo Alfa

En el mismo lugar del evento, Alfa ha montado un museo con sus modelos más míticos en los más de 100 años de historia de la marca. Entre ellos podíamos ver ejemplares desde el RL Targa Florio de 1928 hasta el Alfa 8C de 2007, pasando por reliquias como el GP Tipo 512 de 1940, el Giulia 1.600 Sprint Speciale del 63 o el Montreal de 1971.