Volkswagen demuestra lo “limpio” que puede llegar a ser un diésel
Con un potente motor V8 TDI, el Volkswagen Touareg registra unas emisiones de NOx un 75% inferiores al límite que marca la normativa anticontaminante.
Que los diésel siguen estando en el punto de mira es algo que va a costar mucho tiempo cambiar, por mucho que algunas marcas se empeñen. Pero hay quien tiene que seguir haciéndolo, como Volkswagen. Primero, porque estuvo implicada en el “Dieselgate”, y no hay que dejar de intentar lavar la imagen.
En segundo lugar, porque VW ya ha anunciado que el motor de combustión seguirá dando guerra. Y hoy por hoy, todavía son muchos los que aprecian las ventajas en cuanto a bajo consumo de los motores turbodiésel. Especialmente en coches grandes y pesados, como el Volkswagen Touareg.
Precisamente el Touareg, equipado con el motor TDI más potente y sofisticado de la marca, el V8 TDI de 310 kW (421 CV), ha sido el elegido para presumir de eficiencia y limpieza medioambiental.
El Volkswagen Touareg V8 TDI ante la “prueba del algodón”
Las pruebas realizadas por el organismo independiente Emission Analytics en Alemania, incluyendo áreas metropolitanas, autopista y carreteras a diferentes altitudes, arrojaron datos que colocan al Touareg V8 TDI un 75 por ciento por debajo del actual límite de emisiones óxidos de nitrógeno (NOx) que contempla la norma Euro 6. Los valores registrados oscilaron entre 10 y 20 miligramos por km recorrido, en base a las medidas del exigente ciclo RDE (Real Driving Emissions).
Queda claro, por lo tanto, lo que decimos muchas veces: un diésel moderno es tan limpio o más, según el tipo de emisiones que comparemos, que un coche con motor de gasolina. Otra cosa es que, para ello, necesite de más elementos que encarecen el producto. Y que pueden ser susceptibles de sufrir más averías o necesitar mayor mantenimiento. De ahí la importancia de elegir bien qué tipo de motor interesa en función del uso que se vaya a hacer del coche.
En el caso del Touareg, para conseguir estas cifras el motor V8 TDI equipa una gran unidad de almacenamiento de NOx, con una capacidad de 2,3 litros, y un catalizador de reducción SCR. Este catalizador, con la ayuda de la inyección de Adblue, convierte el NOx en vapor y nitrógeno, complementando el trabajo de incineración de las emisiones nocivas que se produce en el filtro de partículas.
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