Test Drive: todo lo que debes saber al probar un coche
Los Test Drive son un método muy efectivo para saber si un coche se ajusta a tus necesidades, pero hay una serie de trucos que debes tener en cuenta antes de subirte al coche que quieres probar.
Elegir coche no es una decisión sencilla. El mercado del automóvil ofrece una inmensa cantidad de modelos y segmentos, por no hablar de las múltiples formas de propulsión (gasolina, diésel, GLP, GNC, eléctricos, híbridos, hidrógeno…) que puede ofrecer un mismo coche en sus diferentes versiones. Por este motivo, los Test Drive se convierten en una de nuestras mejores armas a la hora de localizar el vehículo que estamos buscando. ¿Qué mejor manera de saber si un coche se ajusta a tus necesidades que poniéndote a los mandos del mismo? Todas las dudas que puedas tener sobre un modelo quedarán resueltas en cuestión de minutos, siempre y cuando sepas en que fijarte. Sigue estos 10 consejos para sacarle el máximo partido a un Test Drive.
1. Llega al concesionario con los “deberes hechos”
Los Test Drive son cortos y hay que aprovechar al máximo conduciendo. Antes de lanzarte a probar un vehículo, debes tener claras tus opciones. Es vital que realices un trabajo inicial de investigación. En este punto es importante que conozcas cuales son las versiones, el equipamiento opcional y los rivales del coche en cuestión. Con esto definido, será mucho más fácil que aciertes a la hora de solicitar una unidad de prueba concreta y entenderás mucho mejor el coche que estás conduciendo.
2. Prueba varios coches y hazlo en un periodo corto de tiempo
Intenta hacer más de un Test Drive, mínimo con el coche que quieres comprar… más algún rival para comparar. Puedes descubrir cosas interesantes.
Por otro lado, al probar un coche experimentamos muchas sensaciones (tacto del acelerador, freno, tarado de la suspensión…) que son fácilmente comparables entre diferentes modelos, siempre y cuando lo hagamos en un periodo corto de tiempo. De lo contrario, nos olvidaremos de dichas percepciones y no tendremos forma de saber que modelo era mejor en un determinado aspecto.
3. Ajusta el coche a tu gusto e identifica si te sientes cómodo en él
Empieza por comprobar lo esencial: hay que sentirse cómodo al volante, con el puesto de conducción, con la ergonomía… Si no es así, por mucho que te guste cómo va el coche, no intentes auto convencerte de que esa posición incómoda es fruto de un asiento que no encaja con tus preferencias, o por falta de reglajes, tarde o temprano la cruda realidad acabará imponiéndose.
Por este motivo, lo primero que debes hacer al subir al coche es adaptarlo a tu gusto. Ajusta la posición del asiento, el volante, los retrovisores y encuentra la posición donde te sientas cómodo. Hay coches que no están pensados para personas altas por ejemplo, ya que la posición más baja del asiento no evita que las rodillas del conductor contacten con el volante. Si este es tu caso, investiga todas las configuraciones y modulaciones que ofrecen tanto el asiento como el volante para resolver este problema.
Por otro lado, es importante fijarse en detalles como la ergonomía, la sujeción del asiento, la cantidad y calidad de huecos portaobjetos existentes o la visibilidad desde el puesto de conducción. En definitiva, realiza los ajustes necesarios para identificar si a largo plazo te sentirás cómodo en el coche. Piensa que vas a pasar muchas horas ahí sentado…
4. Trata de acudir al Test Drive con tus pasajeros habituales (familiares)
Contempla la posibilidad de acudir a la prueba con quien habitualmente vayas a utilizar el coche. Al igual que en el punto anterior, si sueles viajar con niños o familiares a bordo, su comodidad jugará un papel fundamental a la hora de decidirte por un coche u otro.
Además, cuatro ojos siempre ven más que dos: mientras tu conduces, el pasajero puede revisar varios aspectos de las plazas traseras como la insonorización, la calidad de rodadura…
5. Lleva tus bultos habituales a la prueba y comprueba que entran (o encajan) en el coche
Si utilizas sillas infantiles (más de una) o transportas habitualmente algo en el maletero (carro de bebé, bolsas de golf, etc), no te fíes del «metro». Lleva estos objetos al test drive y cerciórate de que caben realmente o de que puedes instalarlos.
6. Comprueba que tu smartphone se enlaza correctamente al coche
Es evidente que hoy en día tener nuestro móvil conectado al sistema de infoentretenimiento del coche es casi una obligación, por lo que conviene comprobar con un comercial que tu móvil se conecta sin complicaciones al vehículo. Saber que un coche tiene Android Auto y Apple Car Play está bien, pero todos nos quedamos más tranquilos si comprobamos de primera mano que todo funciona bien. Al hacer esto además podrás ver si el móvil se conecta con facilidad, una cualidad indispensable al enlazar más de un dispositivo móvil al coche.
También es importante que compruebes las tomas de carga que ofrece el coche para recargar tu smartphone (si son accesibles, donde estás localizadas, cuantos móviles puedes cargar a la vez…). Por último, no está de más que eches un vistazo al sistema de infoentretenimiento del vehículo y compruebes sus diferentes funcionalidades, en mucho casos descubrirás opciones cuya existencia desconocías.
7. Elige un recorrido familiar para probar el coche
Siempre que puedas o sea posible, intenta conducir el coche en zonas que conozcas, donde puedas comparar las reacciones con las de tu coche actual (o de otros coches): cómo pasa por determinados baches, qué tal maniobra en sitios estrechos, etc. Además, esto te permitirá centrarte en el comportamiento del vehículo y no en la salida que tienes que coger para llegar a tu destino.
También es importante que escojas un recorrido que combine zonas urbanas y de carretera. Cada vehículo está pensado para un tipo de conducción, trata de identificar en que ambiente se desenvuelve mejor el coche, tanto a nivel de dinámica como de eficiencia o confort.
8. Identifica el carácter del coche para ver si se ajusta a tus necesidades
Cuando empieces a conducir trata de fijarte en el tarado de la suspensión (más dura o más blanda), la dureza de la dirección (más o menos comunicativa), el tacto del cambio y los pedales. En función de lo que busques querrás que todo lo anterior tenga una configuración más dura (orientada a la deportividad) o más blanda (orientada al confort).
Por otro lado, identifica el carácter del motor: fíjate en cómo entrega la potencia a lo largo del rango de revoluciones (si este espectro es más o menos amplio, en que momento es más intenso…), desde que punto está disponible el par motor (el empuje que ofrece el coche a bajas revoluciones) y cuál es la respuesta al acelerador (la inmediatez con la que el coche reacciona al pisar el acelerador).
Los ruidos y las vibraciones son otro de los puntos a tener en cuenta. Mientras conduzcas, fíjate en el nivel de insonorización de la cabina y en las posibles vibraciones que puedan derivar del motor, las ruedas o la carrocería en general.
9. Pon a prueba los asistentes de conducción
Los coches de hoy en día incorporan todo tipo de asistentes a la conducción: aviso de colisión frontal, alerta de mantenimiento de carril, asistente de aparcamiento automático… La mejor manera de saber si valen su precio es probarlos en vivo y en directo. Estos asistentes vienen incluidos en algunas versiones, pero cuando ese no sea el caso, haberlos probados te ayudará a saber si realmente los necesitas.
10. Si tienes dudas… prueba otra versión
Muchas veces el coche no es el problema, sino la versión que estás probando. Si un coche te ha gustado particularmente, pero hay cosas que no te acaban de encajar, comprueba si hay alguna versión que se ajuste más a tus necesidades. Un acabado, un motor o una configuración de chasis diferente puede ser la solución perfecta para resolver tus últimas dudas.
BONUS: Disfruta la experiencia =)
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