Repasamos 4 décadas de historia de los concept-cars de Renault
Repasamos los prototipos presentados por Renault desde 1987. Modelos futuristas que irradian innovación y tecnología y que, en algunos casos, llegan a ver la luz.
Según la firma francesa, los concept-cars son modelos que exploran nuevas tendencias. Una herramienta genial para desarrollar la movilidad sostenible y ofrecer soluciones de transporte que nunca antes se habían contemplado. Pero claro, esto tiene un contra. Y es que en infinidad de ocasiones, estos prototipos no ven la luz por sus exageradas e ilusas pretensiones.
Estas duras semanas de confinamiento sirven para que repasemos historias de modelos míticos o historias de un sector como es, en este caso, el de los prototipos de Renault. La semana pasada ya os trajimos el de Citroën, además de repasar historias como la del Audi Quattro o el DS “Tiburón”.
Década de los 80
El Renault Vesta II fue presentado en 1987 con el fin de alcanzar el reto propuesto por el Gobierno francés de fabricar un coche con consumos de 3 litros. La firma francesa lo logró gracias a un diseño de su carrocería con fibra de vidrio y termoplástico que rebajaban los pesos hasta una cifra final de 470 kg.
Otro motivo por el que este coche era un peso pluma era su motor de tres cilindros y 716 cc, con una potencia de apenas 27 CV. Pese a no tener similitudes en peso y potencia, podríamos decir que este boceto de coche inspiró a modelos venideros con la concepción del motor de tres cilindros. Además, nacido para homologar 3 l/100 km, finalmente consiguió realizar un recorrido con velocidad estable y registrar unos ridículos 1,94 litros.
Década de los 90
La última década del Siglo XX comenzaba con el primer prototipo de Renault que, años después, se vestiría de largo. El Scenic Concept fue el origen del monovolumen compacto. Un vehículo amplio, versátil, con diseño futurista y un sistema de apertura deslizante de puertas sin pilar central. Este Scenic presentó soluciones técnicas que años después utilizarían modelos de producción en serie de otras marcas. Soluciones como detector de fatiga, sensor de presión de neumáticos o bloqueo automático de puertas.
El Renault Espace F1 fue presentado en 1994 y poseía un concepto completamente diferente de todo lo que habíamos visto anteriormente. Era un monovolumen orientado a circuito. Los ingenieros de Renault Motorsport instalaron en posición central, el motor que se utilizaba en el monoplaza de Williams-Renault FW15C. Este motor era el V10 de 3,5 litros y 800 CV. Sí, un monovolumen de 800 CV. Cosas de los concept-cars. Además, el 0-100 km/h era de 2,8 segundos y la velocidad máxima cifrada de 312 km/h.
En 1995 llegaba el primer adelanto de electrificación. El Renault Next contaba con el motor tres cilindros de 750 cc asistido por dos motores eléctricos acoplados a cada rueda trasera. Esto, conseguía mover al Next durante unos 20 km a velocidades máximas de 40 km/h. Sin duda fue el comienzo de algo grande.
El siguiente prototipo que posteriormente vería la luz fue el Koleos. Un SUV adelantado a su tiempo que llegaba con el Espace y Scénic ya en el mercado. Un todocamino futurista con diseño de buque insignia. Llantas de 21 pulgadas y sistema de propulsión híbrido que combinaba un motor gasolina de 170 CV acoplado al tren delantero, con uno eléctrico de 30 kW en el eje trasero.
Siglo XXI
Ya en la era moderna de la automoción y recién entrado el Siglo XXI, Renault presentaba el Talisman Concept en 2001. Este modelo acabó dando su nombre a la actual berlina del Segmento D. Berlina con diseño coupé con novedades atípicas del momento como el sistema de arranque sin llave o la cámara de visión panorámica. Además, contaba con el motor V8 de 4,5 litros.
En 2009, Renault presentó el ZOE Z.E. Concept. Este modelo fue el que, tres años después, vería la luz como el primer modelo eléctrico de Renault. Un utilitario de propulsión 100% eléctrica con paneles solares en el techo para la recuperación de energía y orientado al bienestar de los ocupantes. Un coche puramente individual y urbano que, a día de hoy, es un referente para la movilidad sostenible de las grandes metrópolis.
El Renault Trezor se presentó en 2016 como un superdeportivo eléctrico, autónomo y de calle. Este modelo apostaba por la digitalización del habitáculo al que se accedía sin puertas gracias a un techo basculante. Su motor eléctrico entregaba 350 CV con un peso total de 1.600 kg. Este modelo de la firma francesa suponía un avance extremadamente radical y dadas sus altas pretensiones, nunca llegó a ver la luz.
En 2017 Renault presentaba el SYMBIOZ. Desde entonces no hemos vuelto a saber nada de este coche eléctrico, autónomo y conectado con una carrocería en fibra de carbono y un techo flotante. Sus motores eléctricos proporcionaban 680 CV de potencia mientras que su sistema de inteligencia artificial era capaz de conseguir el nivel 4 de conducción autónoma.
Y llegamos a 2020. Año actual cuando conocimos el MORPHOZ. Un prototipo de vehículo realizado sobre una nueva plataforma modular eléctrica CMF-EV. Este coche presenta una de las más, o la más, innovadora tecnología que jamás hayamos visto en un vehículo. El Renault MORPHOZ es capaz de cambiar su longitud en función del uso que le vayamos a dar. Si queremos el coche para un uso urbano, la carrocería será de 4,40 metros mientras que si vamos a realizar un viaje largo y necesitamos confort, el coche alargará su carrocería en 40 cm y su batalla en 20 cm. Cuenta con un nivel 3 de conducción autónoma y se recarga por inducción mientras se circula.
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