¿Sabes qué es el common rail? Te lo contamos
El common rail es uno de esos términos que hemos escuchado millones de veces pero que no sabemos muy bien en qué consiste, por lo que te contamos qué es y cómo funciona
Si tienes interés por los vehículos de cuatro ruedas y por lo que llevan bajo el capó, más de una vez habrás oído el nombre de common rail. Puede que ya te hayas familiarizado con el concepto, pero que todavía no sepas exactamente en qué consiste este sistema, por lo que en Top10motor vamos a explicarte qué eso y para qué sirve.
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Antes de nada, debemos puntualizar en que es un sistema que sólo se ha aplicado a los motores diésel y que, de hecho, más del 70% de los vehículos alimentados por gasóleo utilizan esta tecnología.
Una tecnología con más de 20 años
La aparición de esta tecnología no tiene demasiados años, y es que Bosch fue la primera compañía en lanzarla en el año 1997. Su nombre no se puso al azar, y es que hace referencia al acumulador de alta presión que proporciona combustible a los cilindros, el raíl común.
Se trata de un sistema de inyección que, después de 23 años desde que se presentara, sigue siendo la forma más eficiente de llevar el combustible del depósito a los inyectores. Aunque parezca un trabajo sencillo, para nada lo es, y es que tanto el comportamiento del motor como sus consumos dependen de la buena sincronización de este sistema de inyección.
Por lo tanto, el common rail permite que un único conducto lleve el combustible a todos los inyectores de manera que la presión y la precisión es la misma en todos ellos. Antes de que este sistema existiera, se tenían que utilizar unos mecanismos para adaptar la presión del combustible a cada uno de los inyectores.
¿Qué elementos forman el common rail?
Para disponer de la tecnología common rail, nuestro vehículo diésel tiene dos bombas de presión y un conducto para transportar el combustible. Estas son las partes más voluminosas, pero además son necesarios un buen número de sensores, reguladores de presión o los inyectores hidráulicos para conseguir un perfecto funcionamiento.
El trabajo de los sensores es importante, puesto que son los encargados de dar permiso a las bombas para que proporcionen combustible a los inyectores en aquellos momentos en los que sea necesario. Hay varios sensores, pero podemos resumir los más importantes en tres:
- Sensor de régimen: este es el encargado de sincronizar de manera precisa la inyección de combustible en los cilindros.
- Sensor de fase: se encarga de vigilar y controlar el momento de combustión en el que están cada uno de los cilindros.
- Sensor de acelerador: este va directamente conectado a nuestro pie derecho, y es que valora la orden que le estamos dando para inyectar más combustible si queremos acelerar o hacer lo contrario si queremos reducir la marcha.
¿Cómo funciona el common rail?
El common rail entra en acción cuando el combustible que tenemos en el depósito del coche tiene una presión baja, un estado en el que el motor del coche no lo aprovecha de forma correcta.
Por lo tanto, ese gasóleo pasa por una bomba eléctrica situada en el depósito que lo lleva directo a la otra bomba que puede estar en el mismo depósito o fuera de él. Esta puede trabajar a presiones muy elevadas, por lo que puede llegar a cifras de entre 300 y 2.000 bares.
Una vez que el combustible ha cogido la presión idónea, se envía directamente al common rail, es decir, al conducto que lo lleva a los inyectores. Al ser un mismo conducto para todos ellos, la presión es exactamente la misma en todos los cilindros, de manera que el funcionamiento es más eficiente y los consumos se reducen.
¿Cuáles son las ventajas del common rail?
Como hemos dicho antes, el common rail sigue siendo la mejor tecnología de inyección y la que mejor se aprovecha el rendimiento de nuestro motor sin incidir en los consumos. Resumiendo, no hay otra tecnología que sea capaz de sacarle más partido a cada gota de combustible, y es que es capaz de sacar el mayor rendimiento de potencia con una menor cantidad de diésel.
Otra de las ventajas del common rail es que simplifica todo el proceso y sus componentes, y es que con él no es necesario montar piezas mecánicas. Por lo tanto, permite que las marcas se beneficien de su mayor simplicidad y que los usuarios de vehículos diésel disfruten de un mejor comportamiento y unos consumos más reducidos.
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