Prueba Opel Crossland X 1.5D: un SUV urbano de lo más ahorrador

Alvaro Avilés     31 enero 2020     9 min.
Prueba Opel Crossland X 1.5D: un SUV urbano de lo más ahorrador

Hemos hecho la prueba del Opel Crossland X con el motor 1.5 diésel de 120 CV y la transmisión automática AT6, un conjunto ideal para convertirse en el rey de la ciudad

El Opel Crossland X llegó al mercado en 2017 para sustituir en la gama al Meriva, un monovolumen urbano que no cosechó un buen volumen de ventas en su última generación. Esta maniobra de la marca del rayo fue un claro reflejo de la tendencia del mercado en los últimos años, y es que los SUV se han convertido en los protagonistas relegando a un segundo plano a los turismos equivalentes.

Por otra parte, Opel se adhirió a la cartera de marcas del grupo francés PSA en 2017. De esta manera, el Opel Crossland X se convirtió en el primer modelo que se desarrollaba en este marco, por lo que comparte plataforma con la anterior generación del Peugeot 2008 o con el Citroën C3 Aircross. La producción de este nuevo modelo se encomendó a la planta zaragozana de Figueruelas, donde compartirá líneas de ensamblaje con el nuevo Opel Corsa.

El Opel Crossland X llegó para ser el modelo de acceso a la gama SUV de la marca, por lo que se sitúa por debajo del Opel Mokka X y del Opel Grandland X. Sin embargo, este modelo ha sido el peor enemigo que se podía encontrar el hermano mediano de la familia, y es que tiene una habitabilidad y dimensiones similares y su precio es más bajo.

En Top10motor hemos tenido la oportunidad de probar el Opel Crossland X 1.5 Diésel de 120 CV asociado a la transmisión automática AT6, un conjunto mecánico que nos ha parecido equilibrado, aunque de eso os hablaremos más adelante. Vamos a presentarlo:

Prueba Opel Crossland X (18)Una estética simpática

El Opel Crossland X cuenta con unas dimensiones de 4,21 metros de largo, 1,76 metros de largo, 1,60 metros de alto y una batalla de 2,60 metros. Con estas cotas, compite con modelos como el Citroën C3 Aircross con el que comparte plataforma, el Seat Arona o el Kia Stonic o el Volkswagen T-Cross.

Este SUV urbano presenta una estética simpática y llamativa. En la parte frontal, destaca una generosa parrilla que comanda la parte delantera y las ópticas delanteras con un dibujo lumínico en forma de anzuelo.

Prueba Opel Crossland X (12)La parte más peculiar es el perfil, en el que el corto voladizo hace que el eje trasero quede situado casi en los extremos. En caso de que se configure en un tono bicolor como el de nuestra unidad de pruebas, la sensación es de que el coche está dividido claramente en dos mitades.

Una moldura cromada nace en el Pilar A y muere en el C para remarcar la silueta del coche. Además, el grueso Pilar C no conecta directamente con la parte trasera del coche, sino que lo hace con el faro trasero. Por último, tenemos unas llantas de aleación de 17 pulgadas calzadas en unos neumáticos 215/50 R17.

La zaga presenta unas formas muy rectas en las que destacan las ópticas traseras cuyo dibujo lumínico presenta la misma forma que tenemos en los faros delanteros. Para darle el toque aventurero propio de un SUV, el Opel Crossland X integra un difusor trasero que, en nuestra unidad de pruebas, iba pintada en color negro brillante para combinar con el techo y los retrovisores.

Buena relación tamaño/habitabilidad

El Opel Crossland X cuenta con una habitabilidad muy razonable para un coche con estas dimensiones.

La posición de conducción es elevada, por lo que la visibilidad es muy buena. El diseño del salpicadero es muy similar al que podemos ver a otros modelos de la marca como por ejemplo el Opel Astra. Tenemos un volante de generoso diámetro y tras él, una instrumentación clásica con cuatro relojes y, entre ellos, un display digital que ofrece la información además de las indicaciones si ponemos el navegador.

La consola central está presidida por la pantalla de 8 pulgadas y su funcionamiento es sencillo e intuitivo. Este es uno de los puntos donde podemos ver el acento francés del Opel Crossland X, y es que el sistema operativo es exactamente el mismo que encontramos en los modelos del Grupo PSA.

Una de las pegas que encontramos en el habitáculo es el excesivo empleo de plásticos duros, y es que pese a ser algo cada vez más habitual en todos los modelos, la única parte de tacto blando que encontramos en el Opel Crossland X es la parte alta del salpicadero.

Un interior amplio y con un gran maletero

Uno de los puntos fuertes del Opel Crossland X es su amplitud, y es que pese a sus reducidas cotas exteriores, perfectamente puede hacer la función de coche familiar. La fila trasera tiene espacio suficiente como para que dos adultos viajen cómodos y la generosa altura libre al techo hace que las personas con más estatura no tengan problemas.

Prueba Opel Crossland X (5)Para culminar este gran espacio interior, el maletero del Opel Crossland X cuenta con 410 litros de capacidad, por lo que se coloca por delante en este aspecto de modelos como el Kia Stonic (332 litros), el Hyundai Kona (361 litros), el Mazda CX-3 (350 litros) o el Seat Arona (400 litros). Además, cuenta con un doble fondo y unas formas muy regulares que nos lo pondrán más sencillo a la hora de hacer el “tetris” propio de todas las vacaciones.

Prueba Opel Crossland X (1)Un motor voluntarioso y poco tragón

Como hemos dicho anteriormente, el Opel Crossland X que hemos probado llevaba bajo el capó el motor 1.5 diésel de 120 caballos de potencia. Se trata de un cuatro cilindros turboalimentado de nueva factura que ha llegado a la gama para sustituir al antiguo 1.6 CDTI de idéntica potencia.

Este motor nos ha demostrado ser más que suficiente para mover con total soltura los 1.361 kilos que marca sobre la báscula. Gracias a sus 300 Nm de par, consigue una respuesta contundente cuando necesitamos potencia.

Prueba Opel Crossland X (36)Sin embargo, lo que menos nos ha gustado ha sido la transmisión automática AT6, y esto es un problema cuando es la única opción que la marca ha puesto disponible con este motor.

No es un problema como para descartar la compra del coche, pero sí que nos ha decepcionado la brusquedad de la misma, algo que se hace plausible sobre todo en las frenadas más potentes. Las reducciones son demasiado bruscas, por lo que no es difícil notar tirones en las transiciones entre marcha y marcha que restan confort.

Para compensarlo, uno de los grandes puntos fuertes del Opel Crossland X son sus bajos consumos, y es que en un uso cotidiano en el que combinemos tráfico urbano con autopista, será muy sencillo hacer medias de menos de 5,0 litros a los 100 km/h.

El Opel Crossland X es una herramienta perfecta para la ciudad

El Opel Crossland X está claramente enfocado a ofrecer una conducción sin complicaciones y a conseguir el máximo confort de marcha para sus ocupantes. Gracias a sus dimensiones, se convierte en un coche perfecto para “ratonear” en entornos urbanos y ofrece comodidades más que suficientes como para poder afrontar un viaje de larga distancia.

La suspensión cuenta con un tarado blando, por lo que es capaz de filtrar muy bien los baches que encontremos en la carretera. Sin embargo, es demasiado blanda en algunas ocasiones, por lo que si encontramos un desnivel a velocidades elevadas, esta llega a flanear y produce unos rebotes que no son para nada agradables.

Prueba Opel Crossland X (27)La dirección también tiene un tacto claramente enfocado a la ciudad, por lo que cuenta con una generosa asistencia que permite hacer las maniobras de aparcamiento con un dedo. Tanta asistencia perjudica su precisión, por lo que si vamos a afrontar una carretera revirada, deberemos girar el volante más de lo normal para meter el coche en la curva.

Además, la dirección no da ninguna información de lo que tenemos bajo el eje delantero. Por lo tanto, esta combinación con los balanceos de la carrocería propios de una suspensión tan blanda hacen que en ningún momento se nos pase por la cabeza hacer una conducción mínimamente deportiva.

Sin embargo, esta no es una de las cualidades que se le deben exigir a un coche como el Opel Crossland X, por lo que no puede ser un argumento para juzgarle negativamente. El confort de marcha y la agilidad sí que son características que se le deben pedir a un SUV urbano, y este modelo las ofrece claramente.

Prueba Opel Crossland X (24)Una relación precio/equipamiento muy razonable

El Opel Crossland X que hemos probado contaba con el nivel de equipamiento Innovation. Este está disponible desde 20.931 euros y ya cuenta con un equipamiento de serie muy completo.

En este, ya tenemos elementos como el techo bitono, retrovisores eléctricos, luces diurnas Led o el sistema de navegación 4.0 Intellilink. Sin embargo, nuestra unidad de pruebas iba equipado con la versión 5.0 del mismo, que cuenta con un sobrecoste de 1.100 euros e integra una pantalla táctil de 8 pulgadas –en lugar de 7- y cuenta con todos los servicios Opel Connect.

En materia de ayudas a la conducción, contamos con el pack Cámara trasera que incluye asistente de aparcamiento delantero y trasero y cámara de visión trasera. También tenemos el pack Vision que incluye sensor de lluvia y los faros Intellilux, que proporcionan una visibilidad muy buena y que cuentan con sensores de cambio automático de luces.

También cuenta con amplio elenco de asistentes de seguridad gracias a la alerta de colisión frontal con detección de peatones, frenada automática de emergencia, alerta de ángulo muerto, control de fatiga o alerta de cambio de carril. Además, nuestra unidad de pruebas contaba con el pack invierno, que incluye asientos delanteros y volante calefactables por añadiendo 390 euros a la factura final.

Por lo tanto, el precio del Opel Crossland X 1.5 Diésel Innovation que hemos probado asciende a 26.472 euros. Este precio puede ser algo elevado, pero es fácilmente ajustable si eliminamos algunos aspectos algunos elementos prescindibles como los el sistema de infoentretenimiento Intellilink 5.0 o escogemos uno de los cuatro colores sin sobrecoste que tenemos en la paleta disponible.

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