Levante Maserati Deportivos Pruebas SUV
Prueba: Maserati Levante Trofeo y Maserati Levante GTS, elegancia y contundencia todo en uno
Acudimos a la presentación de las versiones con motor V8 del SUV de Maserati para conducir y poner a prueba el Maserati Levante GTS y Levante Trofeo
La llegada del motor V8 a la gama del coche más vendido actualmente de Maserati, el SUV de la marca, el Maserati Levante GTS y el Maserati Levante Trofeo, no significa otra cosa sino que este vehículo goza de una salud de hierro. O más bien de oro puesto que este automóvil supone el 52 por ciento de las ventas de coches de la firma del tridente.
Un coche que ha sido fruto del deseo de la clientela de Maserati y que, con esta, trata de satisfacer las exigencias de para quienes los motores V6, tanto diésel como gasolina, no eran suficiente.
Para lograr este salto evolutivo hacia uno de los pilares de la marca centenaria, el ADN deportivo y de competición, el grupo FCA ha recurrido a la premiada mecánica de origen Ferrari, cuyo propulsor es el bloque V8, de 3.8 litros, biturbo que para el Levante GTS eroga 530 CV y 580 caballos para el Trofeo, lo cual implica ser el Maserati, de serie, más potente jamás construido, incluso más que el legendario coche de carreras homologado para circular por cualquier carretera ordinaria Maserati MC12.
Dos vehículos que comparten corazón y prácticamente, habitáculo, pero que quedan bien diferenciados en cuanto a su comportamiento y no solo por la inclusión del mágico modo «Corsa» en el caso del Trofeo, sino que esas diferencias son palpables según uno toma las riendas de cada uno de estos vehículos como bien pudimos hacerlo en la prueba del Maserati Levante GTS y el Maserati Trofeo que hemos realizado.
Como nexo común aparece el habitáculo, en esencia, prácticamente idéntico entre ambas versiones de serie, a pesar de que, gracias al programa de personalización del modelo, en general, es posible realizar hasta 400.000 combinaciones diferentes.
Salvo por las sutiles diferencias como el logo del tridente en los cabeceros de los respaldos que, para el caso del más radical, luce la palabra Trofeo en su emblema, la configuración general es idéntica.
El uso de materiales de más alta calidad como la piel natural pienofiore que envuelve la mayoría de los centímetros cuadrados del habitáculo, las inserciones en fibra de carbono en puertas, salpicaderos o tunel central o Alcantara en el tapizado del techo o de los pilares aúna de manera magistral un ambiente de lujo y deportividad.
Tanto es así que, tras acomodarse dentro del coche, invita a realizar una metamorfosis mental de la concepción del mismo ya que, aún siendo conscientes del tipo de coche en el que nos montamos, el contexto deportivo, a más no poder, invita a cambiar el chip de estar a punto de conducir un todocamino de lujo por un turismo deportivo.
Al volante del Maserati Levante GTS
Es, realmente, cuando comienza la prueba del Maserati Levante GTS cuando se aprecia la maestría del equilibrio en el comportamiento del SUV de 530 CV.
Así, el Maserati Levante GTS fue el primero de los dos modelos disfrutados. Un coche que, con las altísimas dosis de calidad y lujo que ofrece, resulta ser muy cómodo, deportivo y emocionante.
En su interior, viajar dentro de un Levante GTS solo supone un placer para todos los sentidos: el tacto, el olfato, la vista, el ogío… incluso, el gusto porque se aprecia la exquisitez puesta en su manufactura.
Tanto en el asiento del conductor, como del copiloto, como en cualquiera de las tres plazas traseras, totalmente aceptables para tres adultos de talla media, solo se puede disfrutar con una sonrisa de oreja a oreja, sobre todo cuando se activa el modo Sport del Maserati Levante GTS de la prueba.
Es cierto que en el modo más conservador, la respuesta del coche se torna un ligeramente más plomiza debido a la arquitectura y naturaleza como SUV, pero es activando el modo deportivo del GTS cuando se transforma en un vehículo que justifica las siglas de su nomenclatura.
En zonas reviradas, solo la carrocería de este estilo le penaliza en cuanto a su agilidad, pero el dinamismo y el comportamiento de este coche es sublime, delicioso, y compensa que estemos a bordo de un SUV gracias a exportar emoción a quien los maneja y disfruta.
El motor del Maserati Levante GTS ofrece 530 CV, responde de manera sensacional con un 0 a 100 de 4,3 segundos y una velocidad máxima de 291 km/h, según los datos de fabricante. Y dado que el test en carretera ordinaria y, en gran parte del trayecto, fuer recorriendo vías secundarías, limitaban poder poner a prueba el Maserati Levante GTS pero más el Trofeo como hubiéramos querido: en circuito.
Como bien es sabido, un mismo motor instalado en dos coches diferentes puede significar una personalidad por completo diferente en la respuesta de un automóvil. Pues, en este caso, siendo la misma base, el ajuste de un coche pensado para disfrutarlo en un trazado cerrado hacen de estos dos mellizos algo parecido a la noche y el día.
El Maserati Levante Trofeo no es un GTS con más potencia
Aunque hay elementos visuales distintivos y exclusivos para estos dos SUV (logotipos y emblemas, parrilla frontal, paragolpes delantero y trasero con escapes y difusores propios, llantas, capó…), realmente se trata de dos coches bien diferentes en su comportamiento.
Y la diferencia entre el Maserati Levante GTS y el Maserati Levante Trofeo no es solo su potencia final, sino que, el segundo es tremendamente más incisivo, más extremo, más radical, más brutal. Todo más.
A pesar de lucir un traje y una camisa similares, en apariencia, realizados por el mismo sastre, diferenciados gracias a sutiles diferencias y calzar unos zapatos diferentes, son coches totalmente diferentes.
Tanto es así que, según enciendes el coche mediante el pulsador Start/Stop situado a la izquierda de la columna de la dirección que da inicio a la prueba del Maserati Levante Trofeo, un bramido envuelve el entorno.
El coche merece ser disfrutado en modo Corsa al máximo posible, incluso, en carretera abierta, siempre y cuando se tengan presentes los normas viales y comande el volante la coherencia de quien conduce un SUV que es capaz de alcanzar los 300 km/h y de hacer un sprint de 0 a 100 en 4,1 segundos gracias al empuje, patada o embiste, de un portentoso motor que también envía a las cuatro ruedas su trabajo pero que, si no se es cuidadoso con el tacto hacia el acelerador, es mucho más sensitivo que el GTS y puede provocar latigazos cervicales con pasmosa facilidad.
Como decía, su comportamiento más agudo, más extremo, más radical, más brutal, comparado o no con el GTS o con cualquier otra máquina de su calado.
Incluso, comparado con otros SUV de configuración y prestaciones similares, más civilizados en su fondo como, por ejemplo, los mismos Mercedes-AMG GLC 63 S 4Matic+ o el Porsche Cayenne Turbo S, ambos, equipados también con motor V8 pero cuya respuesta no es tan extrema como la que ejerce el ataque de este tridente.
La forma de fagocitar rectas a velocidades que pasan de mínimas a máxima de forma más veloz de lo que el cerebro es capaz de procesar, la inserción ascendente de marchas o la reducción, tirando de las levas tras el volante o moviendo la palanca de cambios, con el regalo de un sonido de escape como ya pocas veces se puede escuchar y disfrutar, junto con una precisión máxima de una dirección dura que se apoya en las curvas, y nunca mejor dicho, en una suspensión y contundente que permite hacer descender la carrocería hasta en 35 mm la distancia entre los largueros inferiores y el suelo, que favorecen una aerodinámica medida en un Cx de 0,33; hacen, en uno único conjunto, que este SUV sea el SUV más emocionante que servidor haya conducido jamás.
Es un coche sorprendente que llega a ser estremecedor cuando se intenta saber cuán potente y rabioso es si se trata de buscar el límite. Un máximo que solo la cordura de quien lo maneja parece fijar ya que, con un poderío tan sublime, la combinación entre emociones al volante y emociones en su interior como viajante, solo hace sino no querer bajarse de este coche.
Conclusión: prueba Maserati Levante GTS y el Maserati Levante Trofeo
El Maserati Levante GTS (desde 161.300 euros) puede ser la perfecta alternativa, pero en carrocería SUV, del elegante y deportivo Maserati Quattroporte. Un coche que, siempre que se lo pides, demuestra una tradición que combina como nadie la elegancia, la belleza y deportividad de una «escultura rodante».
Por su parte, el Maserati Levante Trofeo (desde 196.900 €) solo tiene cabida en personas que busquen trasladar las emociones al límite vividas en un track day en circuito que puede provocar situarse en el asiento del conductor una máquina tan preciosa como deportiva como el Maserati GranTurismo MC Challenge Stradale, un coche de circuitos que adoptaba las especificaciones necesarias como para ser un automóvil legalizado para circular por carretera abierta, pero a un SUV.
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