Prueba: Audi TT Roadster 20 Aniversario, una historia de éxito
Audi celebra el 20 aniversario del Audi TT con esta edición limitada a 999 unidades que probamos en versión Roadster, para rendir homenaje a un coche maravilloso que, desafortunadamente, no tendrá continuidad dentro de la marca de los cuatro aros.
La tercera generación del Audi TT se presentó en verano de 2018, y se puso a la venta en nuestro mercado en febrero de 2019. Disponible con carrocería Coupé y Roadster, la gama incluye actualmente dos motorizaciones, el 40 TFSI de 197 CV y el 45 TFSI de 245 CV. Por encima quedan las variantes deportivas TTS y TT RS, con 306 y 400 CV respectivamente. Menos el TT RS, que recurre al reconocido motor 5 cilindros de 2,5 litros, el resto se basan en el 4 cilindros TFSI de 2 litros.
En su momento, el éxito de este coupé, y la dieselización que experimentaba el mercado, incluso hizo que Audi incluyera una variante con el 2.0 TDI de la marca. Sin duda, eran otros tiempos.
En esta última generación y coincidiendo con el 20 aniversario desde el lanzamiento del primer TT, Audi apostó por un diseño ligeramente más refinado y un mayor equipamiento tecnológico. Los motores ganaron potencia, la suspensión se ajustó para ofrecer un comportamiento más deportivo sin perjudicar el confort, llegaron nuevas ayudas a la conducción… y la versión 20 Aniversario.
Lo que no sabíamos en ese momento es que, además de un homenaje al Audi TT original, en cierto modo la serie 20 Aniversario también iba a ser una especie de despedida. Porque en su última Junta General Anual, celebrada en mayo, el entonces CEO de la marca de los cuatro aros anunció que en unos años se reemplazará el TT con un “nuevo y emocionante modelo, que tendrá propulsión eléctrica”.
Independientemente de si se conserva o no la denominación TT para el futuro deportivo compacto eléctrico de Audi, lo que está claro es que no veremos un Audi TT de cuarta generación con motor de combustión. Por ello, nos parece un buen momento para dedicarle una prueba a un coche mítico como este, todo un futuro clásico, en especial si es en su versión 20 Aniversario… y con carrocería Roadster.
Deportivo y descapotable, pero apto para el uso diario
Lo que acabas de leer en el titular anterior no es una afirmación de cara a la galería, aprovechando que estamos de homenaje. No hay que ponerse nostálgicos, basta conducir el Audi TT Roadster y utilizarlo una semana como si fuera tu coche de diario para cambiar los esquemas, y darte cuenta de que un coche así, también puede ser válido para ir a trabajar, por ejemplo.
Esa es una de las mejores virtudes del Audi TT: a pesar de ser un biplaza con techo de lona, y con un enfoque claramente orientado a la deportividad en esta versión 20 Aniversario, asociada al motor 45 TFSI de 245 CV, con tracción quattro y cambio S tronic, estamos ante un coche que lo hace igual de bien en una carretera de curvas que a la hora de circular con un refinamiento de marcha y un alto nivel de confort. Incluso con un consumo por debajo de lo que podrías esperar, como veremos más adelante.
El magnífico acabado de la capota de lona tiene mucho que ver en este sentido. Resulta rápida y fácil de accionar, lo cual puede hacerse incluso en marcha hasta 50 km/h en unos 10 segundos. Y tiene una terminación muy buena tanto desde el interior, como desde el exterior, sin interferir mucho en las bonitas líneas del coche cuando está cerrada. La cámara de marcha atrás y los sensores de parking hacen que la visibilidad con la capota puesta no sea un problema. Tampoco lo es el espacio para los dos pasajeros: no es el TT Roadster un coche en el que sientas estrecheces, y no falta altura cuando la capota está puesta.
Dos ayudas interesantes para circular sin techo. La primera, el cortavientos retráctil trasero de accionamiento eléctrico, que evita las molestas turbulencias que se producen cuando está oculto si circulas por autopista a velocidades elevadas. La segunda, el sistema de “bufanda de aire”, que lanza un agradable chorro de aire caliente desde los reposacabezas a la zona del cuello. Junto a la calefacción de los asientos, una solución que se agradece a la hora de circular sin techo también en los días más fresquitos.
¡Ah! Y el volumen del maletero se mantiene independientemente de la posición de la capota, con 280 litros, una capacidad suficiente para el equipaje de dos personas en el tipo de viajes que normalmente te plantearías con un coche como este.
Por lo demás, el TT Roadster ofrece la sobresaliente calidad de acabado a la que nos tiene acostumbrados Audi. Los asientos “S” son magníficos. El tacto de todos los botones confirma la calidad que se percibe visualmente, con detalles sofisticados como los diales de la temperatura del climatizador integrados en las salidas de aire.
Y la instrumentación digital Audi virtual cockpit es una auténtica pasada, y elimina la necesidad de una pantalla multimedia en la consola. Ni siquiera impide al acompañante “cotillear” o manejar el sistema multimedia, por ejemplo: desde el asiento del pasajero se ve prácticamente toda la pantalla. Por cierto, al TT Coupé no le ha llegado la digitalización que Audi está incorporando a toda su gama, eliminando el pulsador giratorio del MMI a favor de pantallas táctiles. A mí me sigue pareciendo más cómodo y seguro el primero.
Motor: prestaciones y consumos
El motor 2.0 TFSI no deja de sorprendernos. Cada vez que lo probamos, en cualquiera de sus versiones de potencia, nos enamora por su suavidad de respuesta y por una sobresaliente relación entre prestaciones y consumos. Y en esta variante de 245 CV, acoplado al fantástico cambio S tronic de doble embrague, no iba a ser menos.
Las cifras que consigue en el TT son muy buenas, tanto en aceleración como en recuperaciones. Su respuesta al acelerador es inmediata, probablemente uno de los motores turbo sin hibridación en el que se nota menos el posible efecto “turbo-lag”, o retraso de respuesta del turbo. Y si quieres que suene más deportivo, puedes hacerlo a través de los modos de conducción del Audi drive select.
En el modo de eficiencia, el motor puede desconectarse de la transmisión de forma temporal cuando llaneas, para mejorar el consumo. Salvo en ciudad, donde los casi 10 l/100 km de media entran dentro de lo esperado, todo lo demás serán sorpresas. En autopista es fácil quedarse entre 7,5 y 8,5 l/100 km, dependiendo de si circulas con o sin capota. Y en conducción deportiva no se dispara el consumo, como sucede en otros coches que podrían competir con este Audi TT Roadster en prestaciones.
Si estás pensando en un Porsche 718 Boxster, vas por buen camino…
En marcha: un descapotable que no lo parece
El buen funcionamiento del motor y de la transmisión, unido a la seguridad y eficacia de la tracción quattro, se combinan con un chasis muy rígido para tratarse de un coche abierto a la hora de ofrecer un comportamiento dinámico de primera.
Eso es otra de las cosas buenas que tiene este coche, que es facilísimo de conducir y que la cosa no se complica cuando quieres ir rápido. La dirección tiene un tacto muy preciso, el chasis no acusa en exceso el firme en mal estado si circulas sin capota y la capacidad de tracción es muy buena aunque la adherencia del asfalto no lo sea.
¿Y en cuanto a confort? Pues a pesar de unos neumáticos anchos y de perfil bajo (245/35-19), bien, gracias. Y aquí tiene mucho que decir la suspensión deportiva Magnetic Ride. Incorpora unos amortiguadores especiales de dureza variable (funcionan gracias a un fluido interno con partículas metálicas y a la aplicación de campos magnéticos para variar la resistencia del fluido a pasar de una cámara a otra dentro del amortiguador) que consiguen un buen equilibrio, de forma que controlan a la perfección los movimientos de la carrocería, sin llegar a ser una “tabla” cuando quieres circular tranquilo.
Edición 20 Aniversario: ¿merece la pena?
Llegamos a uno de los aspectos más delicados, el que afecta al bolsillo. Como edición limitada que es, el Audi TT 20 Aniversario incluye un equipamiento específico, y eso es absolutamente valorable de forma objetiva. Pero también aporta un plus de exclusividad, que no puede medirse, dependerá de lo que cada uno esté dispuesto a pagar. Y en este sentido hay que saber dos cosas.
La primera, lo que cuesta la edición limitada, y lo que incluye. El precio del Coupé es de 63.425, y de 67.195 para el Roadster 20 Aniversario. Incluye pintura especial gris de efecto perla, faros traseros Matrix OLED, llantas de 19 pulgadas de cinco radios con pinzas de freno en color negro, salidas de escape de diseño específico, logos “TT 20 years” y tapicería en cuero marrón con costuras de contraste.
Si tenemos en cuenta que un TT Roadster 45 TFSI quattro S tronic con acabado Black Line cuesta unos 4.000 euros menos, creo que en un coche así, y en este nivel de precios, no lo pensaría mucho y me llevaría la edición 20 Aniversario.
Más difícil sería elegir entre el TT Roadster 20 Aniversario de 245 CV… o un TTS Roadster con el motor de 306 CV, que cuesta lo mismo. Y en exclusividad, pues ahí le anda el más potente y más deportivo TTS frente al 20 Aniversario; desde luego, no es un coche nada común.
Pero si todo esto queda lejos de tu presupuesto, y el TT Roadster de nuestra prueba te ha hecho “tilín”, atento: tienes un Audi TT Roadster 40 TFSI de 197 CV con cambio S tronic y tracción delantera desde 46.000 euros, sin contar posibles descuentos. Y créeme, no necesitas mucho más para disfrutar de un “futuro clásico”.
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