Prueba: Audi Q3 35 TFSI S-Line, un SUV para disfrutar en todos los sentidos
Tras la prueba del Audi Q3 35 TFSI S-Line comprobamos que aún hay modelos premium que justifican su precio en función de la calidad de ese coche
Recuerdo que lo primero que me llamó la atención al instalarme en el asiento del conductor del Audi Q3 35 TFSI con paquete S-Line fue una sensación angosta próxima a la de cockpit propio de un coche deportivo.
Por el color de los materiales presentes en el acabado de esta unidad y el sol reinante exterior, la sensación de cueva oscura que tuve fue dando paso a la de un habitáculo orientado a la digitalización y al lujo donde el disfrute viene desde prácticamente todos los sentidos.
Un pequeño universo de confort y lujo
Tanto es así que esa impresión la recibí primero por la vista al dar por iniciada la prueba del Audi Q3 35 TFSI S-Line. Visualmente es un habitáculo que se disfruta con la vista observando la delicadeza y la sofisticación con la que se ha diseñado.
Luego este baño van expandiéndose según pasan los segundos en su interior pasando a otros estímulos que se reciben mediante el tacto, desde los materiales del volante de este Audi Q3 S-Line con perforaciones que evocan a los más deportivos hasta la superficie del salpicadero o los paneles de las puertas.
También se disfruta por la interacción con el sonido o, incluso, como explicaré más adelante, por la «ausencia de» debido a la insonorización, sin dejar de lado el habitual olor a nuevo, todo es agradable.
Y se disfruta tanto delante como detrás ya que, ajustados los asientos delanteros a la altura de quien firma este texto, de 179 cm y talla de chaqueta entre M y L, el espacio disponible entre mis rodillas y la butaca delantera se muestra más que suficiente como para moverse con libertad.
A pesar de contar con una caída del pilar C de inclinación considerable, el aire para los hombros y la cabeza es más que adecuado y, los desplazamientos en las plazas posteriores resultan tan agradables como en las delanteras, si de dos adultos de tallaje como el mencionado se trata.
El maletero del Audi Q3 de esta prueba cubica 530 litros, es decir, resulta correcto para el día a día y una capacidad moderada cuando de grandes bultos, como una maleta familiar se trata, pero poco más entraría. Es cierto que, a pesar de no contar con un gran cubicaje, la boca de carga tiene una anchura y una altura respecto del suelo que facilita la carga y descarga de lo transportado.
Al volante del Audi Q3 35 TFSI
Desde el mismo asiento destinado para quien comande la dirección en la que encaminar el viaje del Audi Q3, la butaca se «fue transformando» y poco a poco me fui empapando en el ambiente este SUV cuya máxima es evocar una clara sensación de alta calidad y que rezuma por cada poro de su piel, piel de tapizado o «piel» de la carrocería.
Al iniciar el encendido del coche, la instrumentación digital presente en dos pantallas, una tras el volante y otra en el centro del salpicadero, dan pie al inicio del despliegue de medios digitales que acompaña la marcha.
La gran calidad de la imagen que se muestra en los displays el Audi Q3 y la cantidad de aplicaciones y herramientas resultan cómodas e intuitivas de usar, algo que no siempre se logra en la nueva era de las pantallas integradas en salpicaderos de coches de nuevo cuño.
Lo mejor de la conducción del Audi Q3 35 TFSI
En movimiento, la mezcla entre eficacia y comodidad del coche incrementa una sensación de lujo y confort que ofrece en parado, en parte gracia al buen hacer del motor 1.5 TFSI de 150 CV y una caja de cambios S-Tronic de siete velocidades al que la configuración en modo Dynamic hace un coche ameno de conducir e, incluso, en ciertos momentos, con aires deportivos.
Volviendo a los sentidos, hacía referencia a la insonorización interior. Es más que óptimo el nivel de aislamiento respecto del interior que evita ruidos, solo el latido mecánico motor cuando saca su lado más potente que, incluso, parece tornarse ronco y menos civilizado que cuando la conducción es monótona y constante.
Uno de los puntos fuertes a destacar en esta prueba del Audi Q3 35 TFSI S-Line es su dirección. Con un reducido radio de giro, resulta muy efectiva sobre todo en curvas cerradas y de baja o nula velocidad. Debido a la altura de la carrocería, como SUV que es, tiende a sufrir con las inercias laterales pero una gran suspensión, dura que no rígida, aploma al conjunto lo que también le permite ir rápido en zonas serpenteantes y que se apoya en el gran tandem que forma la combinación del motor y la caja de cambios.
El consumo durante la prueba del Audi Q3 35 TFSI S-Line obtenido en unos desplazamientos con altas dosis de población se situó en 8 litros a los 100 si bien es cierto que, durante los recorridos por vías rápidas a velocidad por debajo de las máximas, se redujo hasta 6,2L/100 km.
Conclusión
Partamos de la base de que este coche no es un SUV barato, de hecho, el precio del Audi Q3 35 TFSI S-Line, con el paquete difrutado en esta unidad, se inicia desde 44.310 euros.
Pero también es cierto que, teniendo en cuenta los precios de sus rivales y del mercado en general, si se dispone de un presupuesto relativamente holgado es una compra, en cuanto a la relación habitabilidad-comportamiento dinámico-precio resulta una compra coherente en los tiempos que corren.
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