Porsche y las claves de su adiós definitivo a los motores diésel
Porsche ha confirmado que no volverá a fabricar un modelo con motor diésel. Sin embargo, en el futuro veremos muchos Porsche conectados con un cable a un enchufe.
Que Porsche iba a decir adiós definitivamente a los motores diésel era algo que estaba cantado, únicamente faltaba la confirmación oficial. Ahora, la marca alemana, que ya anunció sus planes de electrificación con inversiones de más de 6.000 millones de euros en electromovilidad de aquí a 2022, ha confirmado lo que se veía venir. No volveremos a ver un nuevo modelo Porsche que funcione con gasóleo. Y no, no es que los “jefes” de la marca de Stuttgart se hayan leído nuestro artículo con 10 motivos para decir adiós al diésel.
Tras afirmar repetidamente que nunca fabricarían un SUV ni existiría un Porsche con motor de gasóleo, en 2008 se lanzó al mercado el Porsche Cayenne V6 3.0 diésel
El caso “Dieselgate” de los motores del Grupo Volkswagen trucados para pasar las normativas de emisiones, que estalló en 2015, acabó por salpicar también a Porsche, y eso fue un duro golpe. La marca alemana tuvo que acabar llamando a revisión primero a 22.000 Porsche Cayenne en verano de 2017, y a 60.000 unidades del Porsche Cayenne y Porsche Macan en mayo de 2018, todas con motor V6 3.0 diésel, tras descubrirse irregularidades en el software de control del motor.
Aunque no sería justo achacar a este motivo el cambio de tercio de Porsche respecto a los motores diésel, en una decisión que parece tomada hace ya tiempo. De hecho, Porsche no ofrece modelos con motor diésel desde febrero de este año. Y como primera justificación, argumentan en la marca que la demanda de estas versiones sigue a la baja, frente al ascenso imparable de los híbridos. Un ejemplo: durante 2017, el 63 por ciento de los Porsche Panamera vendidos en Europa fueron versiones híbridas, y apenas un 12 por ciento correspondió a variantes diésel.
Lo que no sabemos es en qué medida ese cambio de tendencia a favor de los híbridos se debe al “castigo” de los usuarios al perder la confianza en los motores diésel de la marca (o del Grupo, para ser más exactos). O puede venir motivada por la evolución de la tecnología híbrida, que ha llevado incluso a que el Porsche de producción más potente en la actualidad sea un modelo híbrido, el Porsche Panamera Turbo S E-Hybrid.
El CEO de Porsche, Oliver Blume, ha declarado sobre este asunto: “En Porsche no demonizamos al diésel. Es, y seguirá siendo, una importante tecnología de propulsión. Somos un fabricante de coches deportivos, para el que los diésel siempre han jugado un papel secundario, y hemos llegado a la conclusión de que no contemplaremos este tipo de motores para el futuro. Naturalmente, continuaremos cuidando a los clientes de nuestros modelos diésel existentes con el profesionalismo que esperan”. Esto quiere decir que los actuales clientes de un Porsche con motor diésel pueden estar tranquilos. Como era de esperar, no deben temer en el futuro en cuanto a posibles averías, repuestos o mantenimiento en un servicio oficial de la marca.
En cuanto a Porsche, su nueva hoja de ruta hace tiempo que está marcada. En 2019 llega su primer coche cien por cien eléctrico, el Porsche Taycan. Y según la marca, para 2025, cada nuevo Porsche “podría” tener un sistema de propulsión eléctrico, bien se trate de un coche eléctrico puro, bien de un híbrido. ¿Quiere esto decir que no llegamos a ver nunca un Porsche 911 diésel, pero que sí veremos un “nueveonce” con un cable para enchufarlo a la red eléctrica a recargar sus baterías? El tiempo lo dirá, pero Porsche deja bien clara en esa frase la palabra “podría”.
Porsche y el motor diésel: un poco de historia
Para ver la palabra “diésel” en un vehículo de cuatro ruedas con el logotipo de Porsche hay que remontarse hasta el año 1937. Por aquel entonces, Ferdinand Porsche desarrolló un tractor para facilitar el trabajo a los campesinos de la época, dotado de un motor monocilíndrico. Estuvo en producción nada menos que hasta 1963, aunque quizás no es este el coche en el que todos pensaríamos si nos preguntamos por el primer Porsche diésel de la historia.
Porsche sucumbió a dos tendencias de mercado a las que se había resistido, incluso negando la mayor. El que esto escribe escuchó en más de una ocasión a directivos de la marca en presentaciones o en salones del automóvil aquello de “Porsche jamás fabricará un SUV”, o “Porsche no tendrá un modelo con motor diésel”. Pero donde dije digo, digo Diego, y en el año 2008, Porsche ya tenía en su catálogo un SUV con un motor que funcionaba con gasóleo: el Porsche Cayenne. Para este modelo, Porsche recurrió al motor V6 de 3 litros del Grupo Volkswagen, con 240 CV. Posteriormente, Porsche ha utilizado sucesivas evoluciones de este motor, y también equipó el V8 TDI que equipaban distintos modelos de Audi.
Porsche ha ofrecido –y con gran éxito de ventas– versiones diésel tanto del Cayenne como del Panamera y del Macan. En estos últimos años he tenido la suerte de probarlos todos. Y puedo asegurar que, al menos en sus versiones más potentes, Porsche consiguió darle a los motores diésel de Volkswagen (y bien que presumían de ello) ese “toque” que permitía a los Porsche diésel seguir siendo precisamente eso, auténticos Porsche. Aunque muchos seguidores de la marca considerasen siempre una aberración que un Porsche funcionase con gasóleo.
Habría que ver ahora lo que piensan estos últimos de que un Porsche funcione con electricidad y no haga ruido.
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