Opel históricos de competición: el túnel del tiempo
Con motivo de la celebración del 120 Aniversario de Opel, hemos podido conducir algunos de sus modelos de competición históricos en el Circuito del Jarama, en una jornada inolvidable.
El futuro de Opel se escribe con cinco letras: Corsa. La nueva generación del utilitario de la marca es el lanzamiento inmediato más importante para la marca. Pero la historia de Opel tiene nada menos que 120 años.
Precisamente este año 2019, Opel celebra su 120 aniversario. Muchos desconocen que la marca comenzó a fabricar automóviles en 1899, cuatro años después de que falleciese su fundador, Adam Opel. Todo empezó en un garaje en Rüsselsheim, donde ahora está la sede central de la compañía, fabricando a mano coches bajo patente externa.
En la actualidad, Opel ha fabricado desde su creación más de 70 millones de vehículos. Entre ellos, algunos modelos ya míticos, como los deportivos Opel GT, Manta y Monza. O los Corsa, Astra y Zafira, éxitos de ventas en sus categorías en los años 80 y 90.
Con motivo de esta celebración tan especial, Opel nos convocó a una jornada en el Circuito del Jarama, en la que pudimos retroceder a la época dorada de la marca con algunos de sus modelos que hicieron historia en el automovilismo deportivo. Por momentos, nos trasladamos a los tiempos en los que los pilotos en rallies y en circuitos se peleaban con el coche, en vez de dejarse llevar por la electrónica.
Antes de repasar los coches que Opel puso a nuestra disposición en el Jarama, a los cuales pudimos subirnos, en algunos al volante, en otros como copilotos, os dejamos con un vídeo de la jornada.
Opel Rekord C: la “viuda negra”
Apodado la “Viuda Negra” (Black Widow) por la forma en que sembraba el pánico entre los coches deportivos de su época, este Opel Rekord C encierra una historia muy especial. No pudimos conducirlo, pero sí verlo evolucionar por el circuito entre el resto de coches históricos deportivos de Opel concentrados par la ocasión. Y la verdad es que impone.
Lo primero que hay que decir es que este coche es una fiel réplica del modelo original, que desapareció de forma misteriosa, se cree que para acabar desguazado.
La idea de un Rekord C de carreras surge en 1967, cuando Opel decidió volver a los circuitos por primera vez tras la Segunda Guerra Mundial. Anatole Lapine llevó a buen puerto un proyecto que se realizó prácticamente en secreto en Rüsselsheim. El motor de 1.897 cm3 del Opel Rekord C de serie recibió nuevos carburadores y una mayor relación de compresión, para llegar en su máxima evolución nada menos que a 180 CV.
Con su carrocería totalmente en color negro, también se ganó el apodo de “Taxi”. Y no porque fuese lento en la pista: en esa época, los taxis en Alemania eran de este color. De ahí los “toques” amarillos que recibió en las llantas y en su carrocería.
Será su color, o el atronador sonido del motor 1.9 con el doble de potencia que en su versión original. Pero la verdad es que la “Viuda Negra” impone. Y mucho.
Opel Rennwagen 1903: el túnel del tiempo
Así, tal y como lo ves, eran los coches de carreras en 1903. Con esta joya hemos tenido ocasión de dar una vuelta completa al circuito del Jarama… aunque haciendo de “copis”. A la velocidad a la que circula tampoco es que haga falta cantarle notas al piloto, pero la experiencia es algo así como entrar en un túnel del tiempo. Arranque a manivela para que cobre vida el motor de dos cilindros con 12 CV con un suave traqueteo, y a rodar.
Nos cuenta su piloto mientras el coche salta como un gorrión con paperas al introducir la segunda velocidad que no pasaremos a la tercera y última marcha… “porque corre mucho, y esto es una reliquia, hay que cuidarlo”. Correr mucho es alcanzar los 72 km/h, tras los 25 km/h que ganaron los ingenieros de Opel en su época al introducir mejoras respecto al coche de serie. Entre ellas, ruedas de radios metálicos en vez de madera, y eliminación de todo lo superfluo dejando el bastidor a la vista, la cubierta para el motor y los correspondientes asientos.
A diferencia de algunos de los vehículos históricos de Opel disponibles en la cita, no he podido conducirlo. Pero la vuelta que he dado en él como acompañante es de lo más enriquecedor que me ha pasado en muchos años probando todo tipo de artilugios con ruedas.
Opel Ascona 400: en la senda del éxito
Coetáneo del Opel Manta, el Ascona B se lanza al mercado en 1975, con una oferta que incluye hasta 13 posibilidades para elegir, entre ellas el primer diésel de su categoría.
La unidad que hemos conducido brevemente es un Ascona 400 fabricada en 1981 (apareció en el mercado en 1979), con un motor de 4 cilindros y 2,4 litros de 144 CV, que ya dispone de culata de 4 válvulas por cilindro. Alcanza una velocidad máxima de 210 km/h.
Con las versiones más deportivas del Ascona, Opel encuentra la senda del éxito… fuera de los circuitos. En 1979, Jochi Kleint y Gunter Wagner se alzan con el título de campeones de Europa de ralliyes pilotando un Ascona 2000. Y en 1982, un tal Walter Röhrl copilotado por Ghristian Geistdöfer en un Ascona 400 llegan a celebrar la victoria en el campeonato del Mundo de Rallies, que sigue siendo el título más importante en competición para Opel en sus 120 años de historia.
De los más de 1,5 millones de Ascona B que se fabricaron, solo 268 unidades correspondieron al Ascona 400, que deben su nombre a la cifra de vehículos fabricados que fijaba la FIA para su homologación en Grupo 4. La versión de competición alcanzaba los 250 CV, y una velocidad máxima de 225 km/h. Contaba con eje trasero multibrazo y frenos optimizados.
Opel Kadett B Rallye 1900 Sprint: el deportivo popular
Año 1965. El que esto escribe todavía no había nacido, y Opel iniciaba la producción de la segunda generación del Kadett, la serie “B”, que rápidamente se convierte en un superventas. Se fabricaron 2,73 millones de unidades hasta 1973.
Justo al año siguiente de su lanzamiento, Opel presenta la versión más dportiva, el Kadett Rallye 1100 SR, únicamente con carrocería coupé, al que siguió el Rallye 1900 S. Esta versión fue muy popular entre los aficionados a las carreras automovilísticas. El sueco Anders Kulläng se convirtió en uno de los primeros pilotos de fábrica de la marca, al volante del Kadett B Rallye 1900 S.
Su motor 1.9 rendía 106 CV, frente a los 90 CV de la versión de serie. Lógicamente, contaba con los refuerzos necesarios en la carrocería, faros suplementarios, amortiguación deportiva, frenos mejorados y un depósito de gasolina más grande. Durante nuestra breve prueba de conducción en el Jarama nos recordó la angustia que se pasa en un circuito cuando un coche frena muy poco, y hay que «bombear» con energía sobre el pedal del freno mientras rezas un «padrenuestro» cada vez que llegas a final de recta.
Opel Kadett GT/E: un coche de leyenda
Recuerdo que uno de los coches que siempre estaban en mi agenda de “futuribles” para cuando me sacase el carné y pudiera permitírmelo era un Kadett GSI. Por aquel entonces ni siquiera sabía que existía un Kadett que había hecho historia muchos años atrás, aunque lo único que conservaba mi idolatrado GSi era el nombre.
Efectivamente, entre 1973 y 1979, Opel fabricó 1,7 millones de unidades del que fue el último Kadett con tracción trasera, el Kadett C, sucesor del Kadett B. Con la versión GT/E Grupo 1, Walter Röhrl y Jochen Berger participaron en el campeonato del mundo de rallies en 1976.
El motor 2.0 con inyección electrónica pasaba de los 115 CV de serie a 160 en su versión de competición. Consiguió la victoria en el Rally de Montecarlo en 1978 en su clase, finalizando la temporada como subcampeón.
Galería de imágenes Opel 120 Aniversario en el Jarama
Comentarios cerrados