Nuevo Suzuki Jimny: probamos un 4×4 como quedan pocos
El nuevo Suzuki Jimny mejora el confort, la seguridad y el equipamiento, sin perder las cualidades que le mantienen como referencia cuando se trata de salir del asfalto entre los pequeños 4×4… y entre los que no son tan pequeños.
El nuevo Suzuki Jimny mejora el confort, la seguridad y el equipamiento, sin perder las cualidades que le mantienen como referencia cuando se trata de salir del asfalto entre los pequeños 4×4… y entre los que no son tan pequeños.
Suzuki ha modernizado todo un icono, el Suzuki Jimny. Y lo han hecho de forma magistral, conservando todo el encanto estético de este simpático modelo, además de su legendaria robustez y capacidad para superar cualquier obstáculo fuera del asfalto. Una buena noticia, en los tiempos que corren, en los que los auténticos 4×4 parecen en extinción, frente al arrebatador empuje de los SUV y crossovers. Antes de entrar en materia, podemos ver al nuevo Suzuki Jimny en acción en este vídeo.
Un poco de historia: el precursor de los “mini 4×4”
El Jimny fue el primer vehículo 4×4 de Suzuki, que inició su andadura con la primera generación en 1970, con el LJ10, desarrollado inicialmente para uso profesional. Estaba impulsado por un motor de do tiempos y refrigeración por aire, con 25 CV. Fue evolucionando hasta equipar un motor de cuatro tiempos y 800 cc, y de esta primera generación se vendieron 243.000 unidades.
La segunda generación del Jimny llegó 11 años después de la primera, con el SJ10 presentado en 1981. Ya se convirtió en un coche válido para uso extremo en campo, pero también como coche para ciudad. Empezó con un motor de 1 litro y 45 CV, pero pasó a equipar un 1.3 de aluminio. Mejoró año tras año y se añadieron versiones con techo de lona, batalla larga e incluso pick-up. Cuando cesó su producción en 1998, se habían comercializado un total de casi 1,7 millones de unidades.
La tercera generación, la serie JB, se presentó en 1998, y ha estado en el mercado hasta la actualidad. Mejoró el confort, cambió radicalmente de estilo y por primera vez equipaba un sistema que permitía pasar de la tracción 4×2 a 4×4 en marcha. De esta versión se vendieron 918.000 unidades. Y ahora, casi 50 años después del modelo original, y tras 2.850.000 unidades del Jimny vendidos en más de 190 países, llega la cuarta generación de este modelo, que sigue conservando el mismo espíritu del modelo original.
Chasis de largueros y 4×4 con reductora
En esta nueva edición, el Jimny vuelve a los faros redondos independientes que se abandonaron en la generación anterior, y conserva rasgos característicos del Jimny “de siempre”, como los pilotos traseros integrados en los paragolpes, o la rueda de repuesto anclada al maletero. En cuanto a dimensiones, repite distancia entre ejes (2.250 mm), con vías 40 mm más anchas. La longitud total (incluyendo la rueda de repuesto) se reduce en 5 mm, para quedarse en 3.645 mm. Y la altura aumenta otro tanto, alcanzando los 1.720 mm. Aquí no hay guiños a la moda crossover, el Jimny presume desde fuera de lo que es, un auténtico 4×4.
Y lo mismo sucede en el plano mecánico. Ya es raro ver coches nuevos con un chasis de largueros y travesaños y suspensiones de eje rígido, como el que Suzuki conserva para el Jimny. Ahora se ha reforzado con vigas adicionales para ganar rigidez, añadiendo ocho silentblocks en su unión con la carrocería para mejorar el confort. Los ejes rígidos tienen hasta un 30 por ciento más de resistencia a la flexión, y se monta una barra estabilizadora delantera más gruesa.
Para la tracción total Allgrip PRO, Suzuki recupera la clásica palanca de la caja reductora situada por detrás de la palanca de cambios, que permite pasar de modo 4×2 al modo 4×4 y al 4×4 L (con marchas cortas). No hay versiones sólo 4×2, ni variantes que prescindan de reductora. Y las cotas TT son fantásticas: gana 10 mm de altura libre al suelo, para llegar a los 210 mm. Y sus ángulos de ataque/salida son de 37 y 49 grados respectivamente.
En cuanto al motor, adiós al anterior 1.3, para dar paso a un nuevo 1.5 también de 4 cilindros y atmosférico, más compacto, un 15% más ligero y, lo que es más importante: más potente y más eficiente. Pasa de 85 a 102 CV, que se alcanzan con la aguja del cuentavueltas a 6.000 rpm. Y el par máximo aumenta de 110 a 130 Nm. Se ofrece acoplado a una caja de cambios manual de 5 marchas, o a un cambio automático de sólo 4 velocidades, con el que el consumo medio pasa de 6,8 l/100 km a 7,5 l/100 km de media, ciclo NEDC. Las emisiones de CO2 son de 154 g/km con cambio manual, pero pasarán a ser de 178 g/km con el ciclo WLTP, por lo que todos los Jimny pasarán a pagar el segundo tramo en el impuesto de matriculación, el 9,75% en vez del 4,75%.
El habitáculo del nuevo Suzuki Jimny
Antes de empezar a rodar, al volante volvemos a sentirnos como en un Jimny de toda la vida. Sobre todo por la posición de conducción y el diseño, con esos relojes de la instrumentación, las grandes ventanillas, sus líneas horizontales… Salvo la guantera o el pequeño hueco al lado del freno de mano, no hay muchos espacios que sean realmente prácticos para dejar a buen recaudo ni siquiera el teléfono móvil, y que no acabe volando tras superar el primer bache complicado en campo.
Pero la sensación de acabado es correcta, con materiales que transmiten robustez y parecen muy resistentes a los arañazos, y con todos los mandos con botones o pulsadores de grandes dimensiones, fáciles de localizar y de accionar. En el debe, la falta de un reposapiés para el pie izquierdo, que es lo primero que intentaríamos instalar si fuésemos propietarios de un Jimny aunque fuese recurriendo a un preparador. Indispensable para ir “sujetos” en campo, pero también para ir cómodos en conducción urbana o por carretera, y sitio para instalarlo hay de sobra.
La pantalla del sistema multimedia de 7 pulgadas, ya conocida de otros modelos Suzuki, está en una posición elevada y es de fácil manejo y lectura. Y cuenta con compatibilidad para integrar dispositivos Android Auto o Apple Carplay. Por último, recordar que el Suzuki Jimny sigue siendo un estricto 4 plazas, o un 2 plazas más equipaje. Si no abates los asientos posteriores, el espacio disponible para el equipaje apenas deja entrar una maleta de las de cabina de avión. La buena noticia es que ahora, abatiendo los asientos, queda por fin una superficie completamente plana, y la capacidad con esta configuración aumenta en 53 litros respecto a su predecesor, llegando a los 377 litros (830 midiendo hasta el techo), con más anchura y formas mucho más regulares. En la dos versiones superiores, tanto la parte trasera de los asientos como el piso del maletero están forradas en un material plástico resistente y de fácil limpieza.
Por carretera y campo con el Suzuki Jimny
Iniciamos la marcha, y de nuevo todo resulta familiar. Pero lo primero que notamos que ha cambiado es que el Jimny ahora es más confortable. Pero no te hagas líos, no es un SUV. Y recuerda que debajo llevas un chasis en escalera y con ejes rígidos, no hay milagros. Pero incluso al pasar por los reductores de velocidad se nota que el Jimny absorbe mejor los baches y no sacude tanto a los ocupantes.
Rotondas, algo de ciudad, primeros kilómetros por autovía y algunas curvas antes de llegar al exigente recorrido de pruebas offroad que nos tenía preparado Suzuki. Confirmamos ese mayor confort, y también un mejor guiado y precisión de la dirección, que hace que no tengamos que ir tan pendientes de las reacciones del chasis al mover el volante. También se mueve mucho menos cuando hay que frenar fuerte.
Eso sí, en gran parte de este nuevo tacto se consigue esa sensación con una dirección de poca desmultiplicación, en la que parece que las ruedas no hacen nada durante el primer tercio de giro del volante. Resta agilidad en zonas viradas, y obliga a “manotear” en exceso sobre el volante al maniobrar o incluso en recorridos muy ratoneros por campo. Me quedo con la duda, pero creo que una dirección algo más directa no le habría venido nada mal a este Jimny.
El nuevo 1.5 de cuatro cilindros de gasolina va más que sobrado para los apenas 1.100 kg que pesa el coche, aunque hay que recordar que estamos ante un motor atmosférico. En función de la situación de conducción puede pedirte que uses el cambio y lo hagas girar alto de vueltas, algo que hace de buen grado sin elevar el ruido ni el consumo. Durante nuestro recorrido, el ordenador de a bordo registró una media de 7,5 l/100 km, antes de iniciar la ruta offroad. En carretera, incluso nos encontramos más de una vez buscando una sexta marcha que no existe, pero que el Jimny también admitiría de buen grado. Su capacidad de aceleración suficiente, y los 145 km/h de velocidad máxima dan una idea de para qué está pensado este 4×4.
Cuando se acaba el asfalto y las cosas se complican es cuando el Suzuki Jimny demuestra de lo que es capaz. A sus favorables cotas TT, a la tracción total y al bajo peso añade un control de descenso y asistente al arranque en pendientes, que junto a la reductora, resultan definitivos. Cruces de puente extremos, zanjas, zonas rotas con tierra muy suelta, pendientes de las que hay que afrontar con fe tanto para subir como para descender… El Jimny es el arma definitiva para divertirse en campo y disfrutar de la auténtica conducción 4×4.
Equipamiento, gama y precios del Suzuki Jimny
Las versiones JX del Jimny son muy básicas, para aquellos que buscan un 4×4 destinado al trabajo duro. Incluyen control de velocidad de crucero, aire acondicionado, radio con bluetooth, control de descenso de pendientes y enganche de bola de remolque, que es exclusivo de esta versión. Pero le faltan elementos de confort imprescindibles en el día a día que sí se incluyen en la siguiente versión.
Así, el acabado JLX añade cierre centralizado con mando remoto, elevalunas eléctricos, retrovisores ajustables eléctricamente, pantalla táctil con navegador, faros antiniebla delanteros y algunos detalles de estilo.
El tope de la gama Suzuki Jimny se denomina Mode3, y suma al equipamiento de los JLX las llantas de aleación, climatizador, faros LED, retrovisores calefactados, cristales tintados, volante forrado en cuero y toma de corriente de 12 voltios más compartimento para utensilios en el maletero.
De serie en toda la gama es el sistema que Suzuki denomina DSBS (Dual Sensor Brake Support), que incluye 5 asistentes: control predictivo de frenada, alerta de cambio involuntario de carril, alerta anti fatiga, asistente de luces largas y, por primera vez en un modelo de la marca, reconocimiento de señales de tráfico. La garantía es de cinco años, y como únicas opciones quedan la pintura metalizada, que tiene un precio de 285 euros cuando es monótono, y 455 euros si se elige la terminación bitono. Los precios son los siguientes:
Jimny 1.5 JX: 17.000 €
Jimny 1.5 JLX: 18.795 €
Jimny 1.5 JLX Auto: 20.560 €
Jimny 1.5 Mode3: 20.820 €
Galería de imágenes Suzuki Jimny
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