El nuevo Skoda Octavia se deja ver en unos bocetos y a nosotros nos sube el hype a tope
La nueva generación del sedán compacto checo se deja ver en unos sketches que anticipan cómo será el nuevo Skoda Octavia
En un mercado dominado por las carrocerías con porte de todocamino y cualidades tomadas a los a extinguir monovolúmenes, la apuesta y aparición de propuestas alejadas de la corriente principal del mercado como es el nuevo Skoda Octavia no puede tener más que el aplauso del que firma este artículo.
Mantener una oferta en turismos de tipo berlina, desde una arquitectura compacta, como la del propio Octavia, hasta la de un gran saloon y buque insignia, como es el Skoda Superb, no hace sino demostrar que estas carrocerías siguen tan atractivas como las últimas propuestas nos muestran.
Desde coches como el nuevo Peugeot 508, en cuya prueba nos enamoró por su diseño, como el Toyota Camry Hybrid, más espartano pero emotivamente dinámico, las berlinas siguen siendo una carrocería clave y por eso Skoda apuesta por ellas.
Y, para estar arriba en el Top10 de ventas mensual y anual es necesario actualizarse tecnológica y visualmente y no caer en el ostracismo estético.
Por este motivo Skoda ya trabaja en el nuevo Skoda Octavia y avanza cómo será la cuarta generación de uno de los automóviles más populares en nuestro país y el coche más vendido de de la marca integrada dentro del consorcio de fabricantes que abarca el Grupo Volkswagen.
Más dinámico, estilizado y atractivo
El departamento de diseño de la firma, Skoda Design, muestra dos láminas donde se muestran las trazas esenciales del aspecto que la versión de producción nos enseñe cuando sea presentado este modelo que será puesto y expuesto bajo los focos en 2020.
De entrada y tomando esta imagen como un avance conceptual, ignorando unas descomunales llantas más propias de los Audi más extremos y deportivos que de una berlina modesta, los pasos de rueda de gran diámetro tiene sobre su lomo una carrocería esculpida con suavidad.
El dinamismo que ofrece este coche desde un capó inclinado hacia el suelo y cuyo logotipo preside con orgullo el frontal se apoya en una parrilla compuesta por líneas que confluyen al área inferior del paragolpes, permiten una mirada continua de su silueta de delante hacia atrás sin detención.
La configuración única de sus faros es de agradecer y la integración en un único foco, de diseño rectilíneo y afilado, por cada extremo no hace sino agudizar su frontal.
Favorecido por un pilar A, de inclinación en ángulo agudo y progresivo, la caída de la columna posterior, con clara inspiración coupé, permite adoptar una cúpula del habitáculo estrecha pero fluida en su movimiento contra el aire.
Los paneles de las puertas muestran nervaduras horizontales y enfrentadas en su dirección, como filos que permiten una incisión más dinámica en su desplazamiento. Una carrocería que, además de mostrarse más musculada, resulta elegante.
La zaga resulta más que familiar gracias a unas ópticas muy similares al citado Skoda Superb, aún así, un acierto. La gran luna trasera, insertada en unos amplios pilares C, favorecerá una sensación de espacio interior mayor para con sus ocupantes y, en su fotografía global, genera una planta propia de berlina compacta que no renuncia a unas dimensiones generosas para cuatro ocupantes y sus bultos alojados en el maletero.
La configuración desde la caída del portón del maletero es robusta y limpia. Dejando como protagonista las letras que componen el nombre de la marca.
Un coche que adopta diferentes soluciones ya vistas en otros coches, como por ejemplo, el frontal del Skoda Scala y la trasera del Superb pero que, con sabia y elegante sutilidad combinan en un coche con identidad propia como así se comprueba en estas imágenes de adelanto del nuevo Skoda Octavia.
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