Uno de los tres únicos Ferrari F50 GT1 se pone en forma en el circuito de Yas Marinas
Hubo una época, en los años 90 del pasado siglo, en las que las carreras de resistencia se batían un puñado de hipercoches del momento llevados al extremo y solamente regulados por las normas que los campeonatos dispusieran para controlar tal poderío. Coches como el McLaren F1 GTR, el Porsche 911 GT1, el Mercedes-Benz CLK […]
Hubo una época, en los años 90 del pasado siglo, en las que las carreras de resistencia se batían un puñado de hipercoches del momento llevados al extremo y solamente regulados por las normas que los campeonatos dispusieran para controlar tal poderío.
Coches como el McLaren F1 GTR, el Porsche 911 GT1, el Mercedes-Benz CLK GTR… o, incluso, marcas más modestas como Lotus y Elise GT1 ponía, literalmente, a sus mejores ingenieros a desarrollar las máquinas más bestiales jamás fabricadas y cuyo objetivo no era otro que batir a todos sus rivales sin contemplación.
Por el camino, cayeron otros fabricantes que vieron cómo los gastos de desarrollo y la durísima competencia en pistas tan exigentes como Le Mans, Nürbugring, Spa…
Y Ferrari también quería su parte del protagonismo, desde finales de la década anterior, lo hizo utilizando el mítico Ferrari F40 en su versión como Ferrari F40 LM. Tras el fin de la comercialización del coche y, con la llegada de su sucesor, el Ferrari F50, los de Maranello quisieron mantener el proyecto para mantener su presencia en campeonatos como el estadounidense IMSA o el Mundial auspiciado por la FIA, pero los costes, el objetivo de triunfar sí o sí en la Formula 1 y una falta de confianza en este proyecto, acaba siendo cancelado.
A pesar de esto, para 1996, Ferrari ya había construido 3 unidades del Ferrari F50 GT1, una máquina que, gracias al trabajo sobre su motor V12, ascendía de los 520 CV originales hasta los 760. Un coche que, con una aerodinámica que, entre otras, suprimía su techo removible por una rígido para cumplir las exigencias de la competición, adquiría soluciones aerodinámicas extremas, lo cual le catapultaba en el 0 a 100 km/h en 3 segundos por los 4 de la versión de carretera de 1995.
Cerca de un cuarto de siglo después de esta historia, uno de los tres únicos Ferrari F50 GT1 construidos, ha rodado de manera privada en el exótico circuito de Yas Marinas. Un lugar construido por y para el lujo de la Formula 1 donde este coche puede ser disfrutado al máximo.
Y, si bien es cierto que las probabilidades de poder subir y menos conducir uno de estos unicornios de la automoción, gracias a la grabación del piloto británico Jon Lancaster a bordo del Ferrari F50 GT1.
Con un bramido atroz, el carácter radical de este coche se demuestra en cada gesto del piloto. Una bestia que solo unos pocos pueden domar pero muchos podemos disfrutar, desde la distancia, gracias al vídeo que sigue.
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