¿Cómo ha sido la evolución de los volantes de competición? Porsche nos lo enseña
La evolución en el mundo de la competición ha sido brutal y uno de los elementos que más han cambiado han sido los volantes, por lo que Porsche nos enseña su trayectoria
El mundo de la competición es muy importante en todos los sentidos, y es que el exigente escenario de una carrera en circuito es perfecto para probar de la forma más extrema las últimas tecnologías para los coches de calle.
Porsche tiene esta lección aprendida desde hace muchos años, por lo que el mismísimo Ferdinand Porsche ya se refería a esto hace más de 60 años: “Las exigencias extremas a las que nos enfrentamos en la pista resaltan muy rápidamente los puntos débiles y alientan a los ingenieros a buscar soluciones nuevas y mejores”.
Por ello, los de Stuttgart han utilizado durante toda su historia los campeonatos y los circuitos como laboratorio de pruebas. Cuando os contamos la historia del Turbo en Porsche, ya pudimos ver que la competición tuvo gran incidencia en su desarrollo.
Uno de los elementos más importantes en cualquier vehículo es el volante, un elemento que tiene aún más importancia en los coches de competición . En pocos años, han pasado de ser meros instrumentos para dirigir el coche a ser, además, centros de control para manipular un gran número de parámetros.
Por supuesto, también han cambiado los materiales con los que están fabricados, por lo que han pasado del volante circular de madera al realizado con una base de acero y forma más cercana al de un Fórmula 1 moderno.
Los primeros botones comenzaron a instalarse hace sólo 20 años
El Porsche 917, uno de los vehículos de competición más legendarios de la marca, tenía un austero volante metálico de tres aros forrado en piel vuelta. No hace falta remontarse a los 70 para ver aros sin botones, y es que estos pequeños selectores empezaron a integrarse a comienzos de este mismo siglo.
Pascal Zurlinder, Director de Competición de Porsche, afirma: “Es difícil de creer que los desarrollos en este sentido no empezaran realmente hasta el año 2000. Desde entonces, la enorme progresión que ha habido en los volantes es evidente”.
Por supuesto, los que mejor pueden hablar de esta evolución son los pilotos, por lo que Timo Bernhard, uno de los más laureados dentro de los campeonatos de resistencia y piloto de Porsche, decía lo siguiente: “En 1999 participé en la Carrera Cup como piloto junior de Porsche. En aquellos momentos, el volante no tenía botones, ni radio, ni levas del cambio, ni limitador de velocidad. Teníamos que conducir por el pit lane con un ojo puesto en el velocímetro”.
La edición de 2001 de la Porsche Cup fue la primera en incorporar volantes modernos
No fue hasta 2001 cuando los coches de la Porsche Cup incorporaron el primer botón: el de la radio. Así se mantuvieron hasta 2004, cuando los Porsche 911 GT3 RSR que participaban en la American Le Mans Series aumentaron este número a seis botones. En esta época, estos conmutadores se instalaban sobre volantes de competición simples, tanto que podían comprarse en cualquier tienda especializada.
Como todo, con el paso del tiempo esta tendencia ha ido evolucionando a pasos agigantados. A medida que la tecnología avanzaba en los vehículos de competición, los volantes iban incorporando controles de forma paralela.
Además, el diseño de los mismos comenzaba a jugar un papel realmente importante, y es que los pilotos deben poder manejarlos de forma intuitiva y sin necesidad de apartar los ojos de la pista. Porsche ha querido seguir desde hace años un mismo patrón, de manera que los pilotos que pasen de un modelo a otro, podrán adaptarse rápidamente a su volante.
¿Cuáles son los botones del volante más importantes?
A la hora de desarrollar los volantes, es importante tener en cuenta que los cuatro controladores que más se utilizan deben quedar siempre en una posición cómoda para el piloto. Estos son los botones para el limitador de pit lane, para situaciones de bandera amarilla y los on/off para el motor y la radio.
Además, los volantes modernos son fácilmente extraíbles para permitir que el piloto entre y salga del habitáculo sin grandes esfuerzos. Esto es posible gracias al CAN, una interfaz que permite que todo el flujo de datos que se manejan desde el volante se transmita en ambas direcciones a través de un solo cable.
Además de avanzados, los volantes deben ser sencillos
Romain Dumas, piloto oficial de la marca, sufrió amargamente el desarrollo de la colocación de los botones: “Yo experimenté con dureza lo importante que es tener el diseño correcto y la facilidad de uso óptima en condiciones de carrera. Estaba conduciendo un Porsche 911 GT3 R en Pikes Peak e iba camino de ganar, cuando apareció la lluvia y luego la nieve en las cotas más altas. Ahí es donde perdí todo».
«¿Por qué? Se instaló un botón para el limpiaparabrisas en el volante, que tenías que presionar durante un segundo para activar la función intermitente y durante tres para que el barrido fuera continuo. La forma era demasiado complicada y en Pikes Peak te encuentras una curva detrás de otra. Para cuando los limpiaparabrisas estaban funcionando correctamente ya había perdido mucho tiempo”.
Para evitar que situaciones como esta se vuelvan a repetir, los pilotos están completamente involucrados en el diseño y la redacción del manual de instrucciones. Sin ir más lejos, el del Porsche 911 RSR que corre actualmente tiene nada menos que 27 páginas y el del Porsche 99X Electric que compite en la Fórmula E ofrece aún más funciones. A pesar de ello, los ingenieros de la marca han logrado encontrar una disposición que sea sencilla tanto para los pilotos oficiales como para carreras/cliente de la marca.
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