Eco Rallye de la Comunidad Valenciana: una experiencia para recordar

Antonio Roncero    @roncero_antonio    20 noviembre 2018     7 min.
Eco Rallye de la Comunidad Valenciana: una experiencia para recordar

Junto a casi 50 equipos con coches eléctricos, híbridos y combustibles alternativos, participamos en el Eco Rallye de la Comunidad Valenciana al volante de un Lexus CT 200h, una difícil carrera en la que suma la regularidad y la eficiencia.

Combinar las palabras “Rallye” y “Eco” no suena bien, ¿verdad? Seguro que lo primero que piensas es, ¿qué tiene que ver la velocidad con el tocino? Pues en un Eco Rallye, velocidad y eficiencia van de la mano. Aunque más que velocidad, habría que decir regularidad. Pero en un tramo de cualquier rallye, aunque sea de eficiencia, para ser regular hay que “conducir muy fino”.

Eco Rally

Y lo hemos podido comprobar de primera mano participando en la quinta edición del Eco Rallye de la Comunidad Valenciana, de la mano de Lexus España, a los mandos de un Lexus CT 200h. El que esto escribe tuvo el privilegio de participar (qué digo participar, ¡de competir!) representando a Top10motor acompañado de un compañero y buen amigo, Ramiro Mansanet, de Newspress España.

¿En qué consiste un Eco Rallye?

Pero vayamos por partes, pues lo de menos ahora es el resultado (o eso es lo que suelen decir los que no ganan…¿verdad?). ¿En qué consiste un Eco Rallye? Se trata de una prueba automovilística que está abierta a la participación de vehículos con bajas emisiones (eléctricos, híbridos, combustibles alternativos… y sí, también coches diésel y de gasolina, pero con emisiones por debajo de 120 g/km), diseñada par promover la conducción eficiente.

Eco Rally

En el caso del Eco Rallye de la Comunidad Valenciana, celebrado en Castellón entre los días 17 y 18 de noviembre, forma parte del Campeonato de España de Energías Alternativas (consta de cuatro citas), y es valedera para el Campeonato FIA de Vehículos Eléctricos y Energías Alternativas. Ahí queda eso.

No hay lugar a preparación alguna. Se participa con coches de serie, homologados para circular por carretera abierta, que es por donde tiene lugar el recorrido, compartiendo el tráfico con otros vehículos. Los participantes tienen que intentar cubrir el recorrido con el menor consumo posible. No parece difícil; el problema es que hay que hacerlo demostrando al mismo tiempo la capacidad para ser regulares, manteniendo las velocidades medias marcadas en los tramos cronometrados.

 

Eco Rally

Para controlar la regularidad la organización instala controles de paso secretos a lo largo de los tramos cronometrados. Y como en un rally normal, hay tramos cronometrados y de enlace. En esta edición, el recorrido total para los coches de la categoría eléctrica era de 270 km (inscritos en el Campeonato FIA) o de 210 para los participantes en el Campeonato de España. El resto de coches, tanto híbridos como otros combustibles, debían cubrir 320 km.

La 5ª edición del Eco Rally de la Comunidad Valenciana

El cartel de inscritos en el Rally de la Comunidad Valenciana, que va ya por la quinta edición, tenía algunas caras conocidas para los aficionados al mundo de la competición del motor. Entre ellos, el pentacampeón de España de rallyes, Miguel Fuster, a los mandos de un Ford Ecoboost; el expiloto mundialista Luis Climent, con un Renault Mégane, o Salvador Cañellas, campeón de España de rallyes y de circuitos en múltiples ocasiones.

Eco Rally

En un rally pasado por agua (nunca mejor dicho, nos pilló toda la “gota fría”), Eneko Conde y Adolfo González se proclamaron vencedores del Campeonato Internacional FIA con su Nissan Leaf, mientras que en el Campeonato de España de Energías Alternativas la victoria en la prueba fue para Manuel Cortés y Eloi Alsina con un Hyundai Kona Eléctrico. En la categoría híbridos de nuevo un Hyundai en lo más alto, el Ioniq PHEV de Lucas Pérez y Miguel Ángel Casado. La victoria en la case de “otros combustibles” fue para Óscar García y Adrián Pascual en su VW Polo TDI.

Dos novatos en apuros

¿Y qué hay de nuestra participación? Pues sabor agridulce, que se suele decir. La cosa se “fraguó” días antes, de improviso. Y tampoco lo dudamos demasiado. Lexus nos ponía el coche, un Lexus Ct 200h que conozco bien tras haberlo probado en varias ocasiones. Y prácticamente debutantes en esto de los Eco Rallyes, nos lanzamos a la aventura. Al fin y al cabo, se trataba de conducir ligero gastando poco, y de hacer de copiloto interpretando un “roadbook”, algo a lo que estamos acostumbrados tras unas cuantas presentaciones de coches ya a nuestras espaldas y más vueltas al mundo que Willy Fog.

Eco Rally

Mi compañero, Ramiro, está curtido ya en mil batallas de las que requieren mono, casco y guantes. Aunque había un problema: aquí se compite contra tus rivales, contra el crono y contra el indicador de consumo del ordenador de viaje en tráfico abierto, en pantalones vaqueros y en un coche con dorsales, pero sin barras antivuelco.

Yo, por mi parte, de carreras «de verdad» lo justo. Y sólo había participado una vez con anterioridad en un rally de eficiencia. He de decir que gané en mi clase con un Ford Focus Ecoboost (rally Vasco Navarro, si no me falla la memoria; pero si no lo digo reviento). Claro que eran otros tiempos. Conducir de forma eficiente se sigue haciendo de la misma forma, pero ahora para mantener la regularidad en los tramos hay que entrenar y utilizar aparatos, electrónicos de medición. Para ganar el trofeo que guardo de aquel rallye, mi compañero entonces, Javier Moltó (ahora enganchado a los rallyes de eficiencia, y haciendo el campeonato con un BMW i3) y yo, tuvimos que tirar de calculadora y cronómetro, y hacer muchos cálculos… a mano.

 

Afortunadamente, hoy en día hay aplicaciones para todo. Y tras un “curso acelerado” (nunca mejor dicho) con la app de RabbitRally apenas unas horas antes del inicio de la prueba ya casi estábamos listos. Sólo nos faltaba encontrar un “chino” abierto –como siempre, apuramos tanto que llegamos a las verificaciones previas a la carrera la noche anterior por los pelos– para comprar algo con lo que sujetar el ipad y un teléfono móvil al salpicadero, y a correr. Por cierto, qué bueno es el velcro adhesivo. Sirve para todo…

Eco Rally

Como se trataba de aprender participando (la siguiente ya iremos a ganar), nos dividimos las funciones de piloto y “copi”. Y empezamos la prueba como no podía ser de otra forma: con ilusión, nervios… y “cagándola”. Todavía no sabemos qué pudo pasar en el primer tramo cronometrado, pero algo falló en nuestra “instalación electrónica” y nos salió todo mal. Sin embargo, en cuanto le cogimos el hilo al Rabbit, empezamos a disfrutar de verdad.

Eco Rally

Puede parecer poca velocidad, pero te aseguro que no es nada fácil mantener medias de 50 km/h (ojo, digo velocidad media, no punta) en tramos virados de carreteras de montaña con lluvia, suelo deslizante y un compañero a tu derecha que te va “cantando” el recorrido con anticipación de forma machacona –como tiene que ser, lo peor que puede pasar aquí es perderse– y no se da cuenta de que no le oyes. Lo único que tienes en la cabeza es sujetar el muelle de tu pie derecho para pisar el acelerador lo justo, y que el maldito Rabbit no cambie del color amarillo (señal de que vas bien) al rojo (frena, te estás pasando) o al verde (acelera, que cae la media).

Nuestro Lexus CT 200h se mostró eficaz y cómodo con el paso de los kilómetros, y muy ahorrador si aprovechas las ventajas de un híbrido, con un consumo medio real de apenas 5,6 l/100 km durante el rally.

Básicamente así nos tiramos toda la carrera, alternando en algunos tramos el volante con el “roadbook”. Pero disfrutando de lo que más nos gusta hacer, conducir. El Lexus CT 200h se portó de maravilla, y nos permitió acabar la prueba con un consumo medio de 5,6 l/100 km si hacemos las cuentas con los litros repostados (medición oficial de los comisarios) y los kilómetros recorridos. Un consumo que, según el ordenador de viaje, se quedó en 5,1 l/100 km y que, a la postre, nos sirvió para alcanzar la novena posición en nuestra categoría, una vez hecho el cómputo de la regularidad y de la eficiencia.

Una combinación que al principio no nos llamaba mucho la atención, pero que nos ha despertado un “gusanillo” que ya nos está llevando a maquinar planes más que ambiciosos para el año que viene.

 

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