¿Sabes cuáles son las distracciones más peligrosas al volante?
La DGT elebora un listado con las distracciones que conllevan mayor número de metros circulados sin estar pendiente de la conducción
Los accidentes de tráfico vienen originados por diferentes motivos. Desde causas naturales como desfallecimientos, mareos, o afecciones peores hasta distracciones provocadas por el uso poco responsable de elementos como el teléfono móvil, hasta la velocidad inadecuada pueden ser factores trascendentales en los orígenes de un accidente.
Por eso, y ahora que afrontamos los meses estivales, cuando, junto con el periodo navideño, son los momentos de mayor flujo de tráfico y desplazamientos por carretera, no queremos pasar la oportunidad aportando nuestro granito de arena en favor de la concienciación y fomento de la seguridad vial recordando cuáles son los peores amigos de la concentración mientras se conduce.
Para hacer este ránking de los peores factores de riesgo al volante, la Dirección General de Tráfico toma como velocidad de referencia la máxima legal en vías rápidas de 120 km/h. La relación entre velocidad y metros circulados arroja que, a este ritmo, cada segundo se recorren 34 metros.
5. Encender un cigarro
Uno de los objetivos de la DGT es reducir al máximo las situaciones que potencien la siniestralidad. Dentro de los rumores y globos sondas, la de sancionar a quienes fumen en el coche es la última amenaza que se cierne sobre estas personas.
Según los estudios del organismo competente en materia de tráfico, teniendo en cuenta que se tardan hasta cuatro segundos de media en encender un cigarro, esto supone hasta 266 metros circulando sin prestar la atención adecuada a la conducción.
Además, prender fuego a un cigarrillo supone quitar alguna de las dos manos del volante o, incluso, las dos, lo cual puede suponer una multa de los agentes pertinentes por no sujetar correctamente el propio volante.
4. Ajustar el equipo de sonido
Cambiar la emisora de radio, ajustar el volumen del sistema de sonido, seleccionar la canción preferida… esos cambios habituales que se realizan mientras se circula puede hacer que estemos durante 6 segundos sin prestar atención a la circulación.
Durante 200 metros, un coche puede circular carente de comandancia cuando se modifica alguno de los parámetros de la radio o del equipo de sonido del coche.
3. Responder una llamada de teléfono
El uso del teléfono móvil está permitido siempre y cuando se realice mediante un dispositivo que permita manejar las funciones del mismo sin soltar las manos del volante, es decir, un gadget o manos libres.
Cuando se atiende a una llamada de teléfono, además de estar recogida como una de las infracciones de tráfico que supone una reducción de puntos del carné, se cuantifica en 8 segundos de tiempo desatendiendo a la conducción. Alrededor de 266 metros conducidos sin prestar atención.
2. Introducir una dirección o teclear un número de teléfono
Tanto si descolgar un teléfono con el dispositivo propio como menejar el equipo multimedia puede suponer hasta 14 segundos de distracción, el tiempo, prácticamente, se duplica cuando se trata de marcar el número de alguien o poner la dirección del destino en el navegador.
Casi medio kilómetro circulado desatendiendo a la conducción, 466 metros siendo más precisos.
1. Enviar un mensaje por Whatsapp
Pero la peor actitud al volante es la de usar el teléfono móvil para mandar un mensaje a través de la aplicación Whatsapp.
Enviar un texto mediante la popular app de mensajería, supone hasta 20 segundos de distracción y 600 metros de desatención de la conducción.
La mejor herramienta contra la distracción, el sentido común
Cabe destacar que, en cualquiera de las situaciones, el uso del teléfono, la gestión de los sistemas de info-entretenimiento o conductas como fumar son actos voluntarios que realiza quien conduce por lo que la responsabilidad recae sobre la persona que gestiona el coche y no sobre el dispositivo o elemento que causa la distracción.
La identificación de estas conductas y la sensibilización ante sus consecuencias es tarea y responsabilidad de todos pero, por encima de cualquier persona, de quien conduce.
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