La crisis del diésel aumenta el CO2 emitido en los coches nuevos
Pese al endurecimiento en materia de emisiones contaminantes, los coches nuevos matriculados en 2019 hasta junio superan la media de los de 2018
Desde que en el verano de 2018 conocimos que el ejecutivo nacional tenía entre sus objetivos reducir drásticamente el uso del diésel y, por ende, la venta de vehículos animados por gasóleo, el mercado de los coches nuevos no deja de acusar un descenso imparable de la venta de automóviles diésel de nueva matriculación.
Esto ha provocado que se revierta la tendencia a la hora de estrenar coche y, de nuevo, la gasolina se postula como carburante líder de ventas, por delante del diésel y de otros combustibles o fuentes de alimentación.
Hay que tener en cuenta que los coches de gasolina emiten mayor cantidad de partículas de CO2 a la atmósfera. Se estima que los automóviles de gasóleo producen hasta un 20 por ciento menos de dióxido de carbono al entorno.
Si a esto sumamos que los vehículos que mayor crecimiento muestran, no solo en los últimos meses, sino años, son los de tipo SUV, cuya aerodinámica, peso y neumáticos suele conllevar a una eficiencia baja del uso del carburante, tenemos un cóctel explosivo ya que, según el estudio publicado por FACONAUTO, la patronal que aglutina a las asociaciones de concesionarios oficiales de las marcas de turismos y maquinaria agrícola, con los datos recogidos durante el primer semestre de 2019 los coches nuevos son un 1,7 % más contaminantes que los del mismo periodo del pasado año.
Las causas del aumento del CO2
Como indicábamos, desde enero de este año la tendencia a la baja de las matriculaciones de automóviles de gasóleo y el aumento de los de gasolina supone que, la media de dióxido de carbono que emiten los coches nuevos vendidos entre enero y junio de 2019 se sitúe en 118 gramos de CO2 por cada kilómetro recorrido.
Comparando esta cantidad con la media de los automóviles matriculados en los seis primeros meses del año anterior, aquellos fijaban sus cotas de dióxido de carbono en 116 g/km recorrido.
Esto supone alejarse de los retos ambientales y exigencias europeas en materia de producción y expulsión a la atmósfera de gases contaminantes y de efecto invernadero. De hecho, para 2021 la Comisión Europea ya ha fijado un máximo de 95 gramos de CO2 expulsado por cada kilómetro circulado para los coches nuevos que desde entonces se vendan en los concesionarios.
El recorte a las subvenciones que recibía cada litro de gasóleo vendido, junto con una política generalizada de ayudas solo a la compra de coches eléctricos, como el Plan MOVES, provoca que la adquisición de nuevos automóviles decline la balanza hacia el surtidor verde y, por ende, promueva la mayor generación de dióxido de carbono vertido a la atmósfera.
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