¿Merece la pena comprar un coche con tracción total?
Comprar un coche con tracción total puede parecer un acierto seguro. Sin embargo, ¿Has pensado si de verdad te va a hacer falta? Te lo contamos
La tracción total siempre se ha vendido como una garantía de mayor seguridad tanto por su mejor adherencia en curvas como su forma de transmitir su potencia al asfalto. Sin embargo, esta también tiene inconvenientes, por lo que muchas veces pensamos si de verdad merece la pena comprar un coche con tracción a las cuatro ruedas. Por ello, hoy te vamos a contar si merece la pena o es algo prescindible.
Con la incipiente moda de los SUV, muchos compradores se hacen la pregunta de si merece la pena optar por una versión 4×2 o una 4×4 –tracción total-. Antes de nada, lo más importante para tomar esta decisión es tener claro qué uso le vamos a dar al coche, puesto que esto es esencial a la hora de determinar el sistema de tracción que necesitamos.
En caso de vivir en una zona fría, lo más lógico es pensar que necesitaremos un 4×4 para salir airosos de terrenos helados o con baja adherencia. Sin embargo, muchas veces es más útil montar un buen neumático de invierno que tener tracción en las cuatro ruedas, por lo que ya te contamos cuáles son los mejores neumáticos de invierno.
¿Qué ventajas tiene la tracción total?
La tracción total permite que, en las condiciones de adherencia más complicadas, el coche pueda transmitir hasta un 50% de su potencia a cada eje. Imaginaos un perro que sólo corre con las patas delanteras o traseras corriendo sobre un suelo mojado: la imagen sería similar a verle sobre una cinta de correr. Por el contrario, si emplea la misma fuerza en las cuatro patas, no tendrá ningún problema en avanzar, lo mismo que le pasa a un coche con tracción integral.
Sin embargo, las ventajas de la tracción total no sólo se limitan a un piso en mal estado. La forma de transferir la potencia al suelo es más eficiente, algo que se nota todavía más cuando tenemos un coche potente.
Un coche que transfiere la potencia a las cuatro ruedas tiene una mejor motricidad, por lo que por ejemplo a la hora de acelerar en la salida de una curva, administra la potencia de manera más eficiente.
Otra de las ventajas es que el aumento de peso que implica montar un sistema de tracción integral también desemboca en que muchas veces la suspensión trasera también mejora. De esta manera, la mayoría montan un eje multibrazo, mucho más eficaz que las que suelen montar los coches de tracción delantera.
Además, si escogemos un SUV con esta manera de transferir la potencia al suelo, tendremos más garantías a la hora de salir del asfalto. Por lo tanto, a pesar de que su altura libre al suelo tampoco dé para demasiadas alegrías, sí que podremos salir de tramos embarrados sin despeinarnos.
¿Cuáles son sus desventajas?
Montar un sistema de tracción total no sólo ofrece ventajas, sino que también tendremos inconvenientes con los que tendremos que pensar si realmente merece la pena elegirla o no.
Sin duda, el primero de ellos es el precio, y es que optar por un coche de tracción total implica un sobrecoste que debemos asumir. Si tenemos en cuenta el SUV más vendido de España, es decir, el Nissan Qashqai que probamos hace unos meses, tendremos que desembolsar 2.500 euros más por la versión 4×4 que por su homólogo 4×2. Por lo tanto, no suelen ser baratos a excepción del Suzuki Swift o Ignis, cuyas versiones de tracción integral lo convierten en los más baratos del mercado.
Otro de los inconvenientes es el aumento de peso, y es que un sistema de tracción total puede aumentar el peso del conjunto entre 75 y 100 kilos. De esta manera, el comportamiento dinámico puede salir perjudicado así como sus consumos, que pueden aumentar hasta en 1/l 100 kms de media.
Otra de las desventajas es que, debido a la mayor complejidad a la hora de transmitir la potencia al suelo, las prestaciones pueden empeorar, sobre todo la aceleración de 0 a 100 km/ y las recuperaciones.
Incluso, en algunos casos puede reducir la capacidad del maletero, y es que tener tracción en el tren posterior implica un mayor espacio, por lo que el espacio para cargar bultos puede ser más angosto.
Después de exponer todas las ventajas y desventajas, lo que tiene que quedarte claro es que debes tener muy en cuenta si vas a sacarle partido o no a un sistema de tracción total, puesto que en caso negativo, podremos tener un lastre que, lejos de favorecer nuestra seguridad, puede castigar nuestra cartera.
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