Bentley Continental Flying Spur Blackline: aún más distinguido
El Bentley Continental Flying Spur Blackline ha llegado para convertirse en el tope de gama de la berlina británica y en el capricho perfecto para los bolsillos más afortunados.
El Bentley Continental Flying Spur es, con permiso del Bentley Bentayga, el buque insignia de la marca británica. Se trata de una de las berlinas más refinadas y poderosas de las que se han producido en la historia del automóvil, por lo que llegó a ser el primer modelo de este segmento que superaba la barrera de los 300 km/h hace ya 14 años.
Por tanto, Bentley ha querido rendirle un merecido homenaje con la nueva terminación Blackline que ya ha sido estrenada en otros modelos de la marca, como por ejemplo en su hermano pequeño: el Bentley Continental GT. Sin embargo, este lujoso acabado ha tenido más éxito que el que preveía el fabricante, y es que un 30% de los Continental GT que se han vendido desde que se lanzó este nivel de equipamiento lo equipaban.
Una imagen más deportiva
Las diferencias del Bentley Continental Flying Spur Blackline respecto al resto de acabados se centran en la mayoría de molduras de su exterior, y es que como su propio nombre indica, todas estas van pintadas en color negro mate.
Por lo tanto, el logotipo Flying B, la enorme calandra, los marcos de las ventanas y las molduras de los paragolpes llevan esta terminación. De la misma manera van terminados los marcos de los faros delanteros y traseros. Además, las branquias de ventilación lateral y las salidas de escape reciben el mismo tratamiento, por lo que la imagen final es mucho más deportiva y agresiva.
Para poner la guinda, Bentley ha instalado unas llantas de 21 pulgadas y cinco radios, aunque si no son suficientes, ofrece unas de 22 pulgadas diseñadas específicamente por Mulliner para esta exclusiva versión. Estamos seguros de que un cambio de neumáticos ya cuesta más que muchos coches nuevos.
El Bentley Continental Flying Spur Blackline ofrece un mundo de posibilidades
Un coche tan exclusivo como el Bentley Continental Flying Spur Blackline debe tener las suficientes opciones de personalización como para que cada cliente sienta que ha comprado un coche único-
Por ello, el fabricante británico tiene una paleta de hasta 30 colores disponibles para pintar la carrocería. Además, este amplio abanico puede combinarse con hasta 15 configuraciones interiores distintos, por lo que cruzarse con uno idéntico es prácticamente imposible.
El habitáculo está plagado de materiales nobles como la impoluta madera que recubre gran parte del salpicadero. Además, esta parte queda protagonizada por la pantalla de infoentretenimiento de 12,3 pulgadas que, con sólo pulsar un botón, se da la vuelta para mostrar una preciosa pieza de madera con tres indicadores que le dan una imagen de lo más clásica y distinguida.
Más lujo, misma dinámica
El Bentley Continental Flying Spur Blackline ofrece varias novedades para hacerlo aún más exclusivo y lujoso. Sin embargo, conserva el mismo esquema que el resto de versiones, por lo que sigue contando con elementos como el sistema de tracción integral y si dirección a las cuatro ruedas.
Sin embargo, la joya de la corona está bajo el capó, y es que el motor disponible es el enorme W12 de 6.0 litros aderezado con dos turbocompresores para desarrollar una potencia de 635 caballos. Este propulsor va asociado a una transmisión automática de doble embrague de 8 relaciones que tiene la difícil labor de gestionar los brutales 900 Nm de par. Con todo esto, esta mole de casi 2.500 kilos hace el 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 333 km/h, unas prestaciones de auténtico superdeportivo.
No sabemos si podremos disfrutar mucho más tiempo de estos enormes bloques con idílicos sonidos, puesto que Bentley ya ha anunciado que lanzará su primer coche eléctrico en 2025. Por tanto, si eres uno de esos afortunados que puedes permitirte esta maravilla con ruedas, no dudes en hacerlo.
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