La bactería que ‘come’ neumáticos es capaz de reducir la degradación del caucho y acabar con él en diez años.
Un reciente informe publicado por ASEPA, la Asociación Española de Profesionales de la Automoción, ha desvelado la existencia de una bacteria que come neumáticos. Hay quien dice que esta bacteria podría acabar con el problema de la gestión, reducción y destrucción de los miles de neumáticos gastados que se generan año en todos los países.
Jorge Miles ha sido el encargado de descubrir la existencia de esta bacteria que degrada neumáticos. El joven estudiante con procedencia chilena tiene 18 años y ha sido capaz de aislar microorganismos capaces de alimentarse de caucho y degradarlo.
Tal y como se puede leer en el informe de ASEPA, «el proceso de degradación de los neumáticos podría pasar de miles años a tan solo diez». Es importante destacar que la publicación de este hallazgo científico se puede leer en el diario chileno Las Últimas Noticias. En dicha publicación, Miles asegura que se inspiró en un «espacio sostenible de su centro de estudios en el que las plantas crecían dentro de cubiertas».
La bacteria que come neumáticos
La nueva bacteria que come neumáticos ha sido descubierta por Jorge Miles pero ha contado con la colaboración de Patricio Kim, bioquímico del país. El joven Miles ha asegurado que gracias a la ayuda del bioquímico ha conseguido descubrir dos bacterias con «capacidades únicas para degradar el caucho mientras se alimentan».
Las famosas bacterias que son capaces de degradar el caucho son la Cocacea Gram Positiva y el hongo dorado.
Un estudiante chileno de 18 años descubre una bacteria que come caucho
Tal y como asegura el propio Jorge Miles «ambos microorganismos serían capaces de descomponer el caucho de las cubiertas en tan solo diez años, reduciendo la masa inicial de 100 gramos a uno».
Es importante destacar que tanto el bioquímico como el joven estudiante están trabajando en un biorreactor artesanal que tenga como objetivo aislar a las bacterias. Este artefacto deberá estar conectado mediante mangueras en los que se colocarán neumáticos con y sin oxígeno.
¿El objetivo? Acelerar la desaparición del caucho
Uno de los objetivos principales de este avance es dotar a las cubiertas de estas bacterias para que vayan ‘acabando’ con ellas al final de su vida útil. Algunas fuentes apuntan a que esta impregnación se podría llegar a hacer a través de un spray o riego.
Además, la idea de crear el biorreactor y su posible instalación, a gran escala, puede ser aconsejable a la hora de acabar con la cantidad de gomas almacenadas.