Prueba Audi S6 TDI: el expreso de Ingolstadt
Audi va contra corriente con este nuevo S6 TDI: no es un SUV, tampoco un híbrido… y sigue apostando por un motor TDI. El resultado es una berlina que enamora por rendimiento y sensaciones, el arma definitiva para viajes de largo recorrido.
¿Cansado de tanto SUV? ¿Harto de que te coloquen las ventajas –que las tienen, dicho sea de paso– de los coches con enchufe? ¿Eres de los que no entiende la persecución y caza que se está haciendo contra los coches con motor diésel? Si te gusta ir contra corriente, el Audi S6 TDI es tu coche.
Por cuestiones del cómputo total de emisiones que deben cumplir los fabricantes en sus gamas de vehículos para no tener que pagar cuantiosas multas, Audi ha decidido apostar por el diésel en su renovada gama S. En concreto, un nuevo motor V6 TDI ocupa el lugar del anterior TFSI de gasolina en los nuevos S4, S5, S6, S7 y SQ5.
Sin embargo, para algunos mercados fuera de Europa estas versiones S siguen contando con el motor V6 TFSI, más potente que el diésel. Pero tranquilo, que los nuevos S TDI esconden un “secreto” que hará que no te acuerdes para nada de la gasolina.
El secreto del Audi S6 TDI: compresor eléctrico y turbo
¿Cómo puede ser que diga eso cuando el anterior Audi S6 montaba un propulsor con 450 CV, y el nuevo S6 TDI se conforma con 100 CV menos?
Pues gran parte del secreto está en la combinación de un compresor eléctrico con un turbocompresor convencional, cuyo funcionamiento permite mantener un par máximo de 700 Nm entre 2.500 y 3.100 rpm, con un porcentaje muy alto de ese par ya disponible desde apenas 1.000 rpm. Y eso se traduce en un poderío al hundir el pie derecho en el acelerador, es decir, en una capacidad de empuje realmente impresionante.
No te voy a marear mucho con el funcionamiento del sistema. Si tienes interés, aquí puedes ver al detalle cómo funciona el compresor eléctrico en el motor V6 TDI de Audi. Lo que nos interesa en esta ocasión son las sensaciones que transmite el Audi S6 TDI al conducirlo. Y para eso estamos. Pero conviene que al menos sepas que el “truco” está en intentar eliminar el retraso de respuesta que tiene un turbocompresor movido por los gases de escape utilizando un compresor accionado por un motor eléctrico.
¡Ah! Y lo más importante: lo hace utilizando la red del un sistema eléctrico de 48 voltios. La misma en la que también se basa el sistema Mild Hybrid (MHEV) de Audi. Sí, el Audi S6 es un “híbrido ligero”, y como tal, puede circular con el motor desconectado en determinadas situaciones. En concreto, hasta un total de 40 segundos moviéndose impulsado por la inercia del coche, en un rango de velocidades entre 55 y 160 km/h. Una característica, el hecho de ser Mild Hybrid, que permite al Audi S6 contar con todas las ventajas de la etiqueta ECO de la DGT.
Así, de primeras, quédate con estas cifras: 5 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, y una punta limitada electrónicamente a 250 km/h. Vale, el TDI “pierde” medio segundo en la aceleración corta respecto al anterior TFSI. Estaba esperando ese argumento. Pero en una berlina que supera las dos toneladas de peso, y que acelera y se mueve con la agilidad del S6 TDI, esto no debería ser un problema.
Porque si nos ponemos así, ni el S6 TDI ni el TFSI, un muchos deportivos de campanillas, podrían presumir de ello si solo comparamos cifras. Un Tesla Model S P100 D, por ejemplo, para el crono en menos de 3 segundos para acelerar hasta los 100 km/h. Pero no le hace sombra al Audi S6, lleve el motor que lleve, cuando se trata de sensaciones deportivas a la hora de enlazar curvas.
Correr mucho y gastar poco: el TDI sigue siendo la referencia
He de reconocer que esperaba que se notase más la acción del compresor eléctrico. Quizás no lo hace porque en Audi han querido suavizar al máximo la respuesta del motor. Pero la verdad es que así, de memoria, tampoco parece mucho más contundente que el motor V6 sin compresor que Audi utiliza en las versiones que no llevan el apellido “S”.
Sin embargo, el V6 TDI resulta pleno en el estrecho margen de revoluciones que puede ofrecer un motor diésel por muy deportivo que sea. Y esto es lo que más se echa en falta frente al motor de gasolina. Aquí te moverás entre unas 1.500 y 4.000 rpm, casi el régimen al que el V6 TFSI ofrece su par máximo.
Volvemos a defender al TDI: no es, para nada, un problema, sabiendo lo que conduces. Sobre todo si dejamos hacer al cambio Tipronic de ocho marchas, mejor en posición deportiva “S”. El cambio Tiptronic no invita a usar las levas o la palanca en modo secuencial como sí lo hace normalmente el cambio de doble embrague de Audi (este Tiptronic es de convertidor de par), porque no resulta tan rápida en el paso de una marcha a otra. Probablemente, un S tronic no sería tan suave en las transiciones de marcha como lo es este tiptronic, responsable también de que el S6 sea una berlina con la que el paso de los kilómetros no pasa factura.
¿Y qué pasa si elegimos el modo más deportivo en el Audi drive select? Pues que además de que los distintos elementos del chasis se preparan para una conducción en la que se prevén curvas, como veremos más adelante, el motor nos obsequia con un suave rugido que pretende recordar –y en cierto modo lo consigue– a un V8 de gasolina. Lo hace mediante un sintetizador emitiendo un sonido por los propios altavoces del coche, pero si no te lo cuentan, difícilmente lo adivinarías.
Y ahora nos vamos a una de las principales armas del S6 TDI: su capacidad para devorar kilómetros dejando pasar las estaciones de servicio. Esto es algo donde el motor diésel sigue siendo imbatible.
La ventaja del S6 TDI es que puede gastar muy poco si circulas tranquilo… y sigue gastando poco cuando buscas los límites del motor y el chasis, sobre todo si lo comparas con el S6 de gasolina. En autopista no es complicado viajar con un consumo medio real en el que no se llega a ver la cifra de los 7 l/100 km. Y en el caso más desfavorable posible, esto es, con una conducción muy deportiva y combinando carreteras de todo tipo, es muy difícil llegar a superar los 14 l/100 km. Si esta última cifra te parece mucho, ten en cuenta que el anterior S6 TFSI en una situación similar se acercaba a cifras que empiezan por “dos”.
Ágil como un GTI, suave como una berlina de lujo
El chasis del Audi S6 es el complemento perfecto a un motor como el V6 TDI con compresor y turbo. Claro que para ello, este Audi cuenta con un arsenal tecnológico envidiable.
No creo que la dirección a las cuatro ruedas, que puede equiparse de forma opcional (unos 2.500 euros), sea necesaria para que el S6 TDI sorprenda por su agilidad. Aunque con ella, enlazar curvas es como coser y cantar. Probablemente acabarás echándola en falta si la pruebas primero, pero más en maniobras que a la hora de conducir.
Porque la dirección progresiva de serie ya transmite precisión y aplomo, acompañada por el efectivo trabajo de las suspensiones y por unos neumáticos de bajo perfil (255/35 en llantas de 21 pulgadas) que tienen muy poca deriva. Sí merece más la pena la dirección dinámica, que mejora la respuesta en conducción deportiva al modificar la desmultiplicación en función de la velocidad.
Tampoco parece imprescindible la opción de suspensión neumática, salvo que vayas a utilizar el S6 principalmente para viajar con ocupantes en las plazas posteriores y quieras contar con esa sensación de desplazarte sobre una alfombra mágica. Con la de serie, que incluye amortiguación controlada electrónicamente, el S6 se muestra firme cuando lo necesitas, y más confortable de lo que podrías esperar para uso diario.
Aunque sólo se haga notar cuando se produce un deslizamiento de alguna de las ruedas, pues inicialmente trabaja repartiendo el par en una proporción 40:60 entre los ejes delantero y trasero, dirigiendo la mayor parte de la fuerza del motor al eje con mayor tracción, el hecho de ver la sigla “quattro” grabada en el salpicadero otorga una sensación de tranquilidad que es más real que psicológica.
También es de serie el sistema de control selectivo de par por cada rueda, que frena las ruedas interiores a la curva (las que menos carga soportan) antes incluso de que puedan perder tracción. Al volante no lo notarás, porque lo que permite este sistema es elevar la velocidad de paso por curva. Y si quieres mayor deportividad en conducción al límite, puedes equipar el diferencial trasero deportivo, con el que el S6 se muestra todavía más ágil y efectivo.
Para los frenos, Audi recurre a discos de 400 mm delante y 300 mm en el eje posterior, con pinzas delanteras de seis pistones. De nuevo puedes optar a un equipamiento extra que, objetivamente, sólo me parece necesario si vas a conducir alguna vez en circuito; subjetivamente no voy a entrar en valoraciones, si te apetece contar con lo más de lo más, no hay nada mejor. Me refiero a los discos carbocerámicos, cuyo precio supera los 10.000 euros. Mucho más potentes y resistentes que los de serie, y con un ahorro en peso de casi 10 kg frente a los de acero que también beneficia al trabajo de las suspensiones.
Precio y alternativas al Audi S6 TDI
Con un precio de partida de 83.090 euros, personalmente, una de las primeras alternativas que consideraría antes de comprarme un Audi S6 TDI sería… el S6 TDI en versión Avant. Son apenas 3.000 euros más, y la versatilidad que aporta esta carrocería familiar bien los vale.
Exteriormente, el Audi S6 TDI se distingue del Audi A6 por unos paragolpes y una parrilla de diseño específicos, las carcasas de los espejos retrovisores acabadas en color plateado (o negro, a elegir), un difusor trasero flanqueado por una doble salida de escape a cada lado (aunque son decorativas, no funcionales) y un pequeño spoiler integrado en la tapa del maletero. También luce anagramas “S” y llantas específicas.
Ya en el habitáculo, la versión S aporta asientos y volante deportivo, pedalier en acero inoxidable, inserciones decorativas en aluminio y elementos que son de serie como el sistema multimedia tope de gama, al que Audi denomina MMI Navegación plus. También es de serie y cuenta con un modo de visualización específico de las versiones S la instrumentación digital Audi virtual cockpit, que me gusta más cada vez que la pruebo.
El refinamiento, el acabado y la sofisticación rayan el sobresaliente. Audi consigue combinar esta sensación con un toque deportivo de forma magistral, que se aprecia no solo por los elementos decorativos, también a la vista y al tacto: materiales, manejo, información presentada en la instrumentación, iluminación ambiental configurable…
Entre las berlinas rivales del Audi S6 por tamaño y potencia, BMW ofrece el 540d xDrive, que tiene un motor de 320 CV, y en el catálogo de Mercedes está el E 400d 4Matic, con 340 CV. Ambos cuentan con tracción total. Y ninguno de los dos resulta, de salida, tan deportivo como el Audi S6.
Aunque puedes recurrir al catálogo de opciones, más concretamente a los equipamientos que ofrecen la línea M de BMW y la línea AMG en Mercedes, para darle a estas lujosas berlinas de representación ese toque de “sport” que lleva el S6 de serie.
Galería de imágenes Audi S6 TDI
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