Audi repasa la evolución del puesto de conducción, de lo analógico a lo digital
Podría parecer que la expansión de la digitalización de los equipos de información y entretenimiento de los coches es cosa de las últimas dos décadas, pero nada más lejos de eso. Los sistemas analógicos que acompañaban a los ocupantes de un vehículo han sido adaptados a las necesidades y tendencias del momento basándose en la […]
Podría parecer que la expansión de la digitalización de los equipos de información y entretenimiento de los coches es cosa de las últimas dos décadas, pero nada más lejos de eso. Los sistemas analógicos que acompañaban a los ocupantes de un vehículo han sido adaptados a las necesidades y tendencias del momento basándose en la tecnología disponibles y fabricantes como Audi han demostrado estar al frente de la vanguardia tecnológica incluyendo soluciones innovadoras en cada momento.
Los inicios
Así, si nos situamos en la década de los años 70 del pasado siglo, el lujoso salón Audi 100 contaba con un orden lógico para favorecer que, desde el puesto de conducción, quien comandara el vehículo pudiera gestionar los sistemas esenciales, desde los indicadores de las intermitencias o el sistema de iluminación hasta los mandos de la calefacción o la radio.
Pero el estudio y el análisis de los hábitos y costumbres de los conductores, habida cuenta del fomento de la seguridad, llevaron a modificar no solo la disposición o la configuración sino a buscar un manejo intuitivo, rápido y seguro lo que llevó a nuevas soluciones.
Por ejemplo, con el Audi V8 de 1988 aparece, por primera vez, la radio integrada en la consola central, bajo las salidas del sistema de climatización, de tal manera que permite así integrar otros mandos y funciones.
Bienvenidos a la era digital
Para el sucesor espiritual del Audi 100 y del Audi V8 y actual buque insignia de la marca de los cuatro aros, el Audi A8, desde 1994 integró una pantalla digital multimedia donde se incluían funciones de comunicación, entretenimiento y GPS en un solo dispositivo en el MMI o Multi Media Interface de Audi.
La segunda generación del Audi A8, ya en este milenio, en 2002, incorporó una importante novedad: el mando giratorio que se podía pulsar y que era acompañado de cuatro teclas de acceso a funciones principales que permitía, en conjunto, gestionar a petición de quien ejerciera la conducción sin necesidad de que tuviera que retirar la mirada de la calzada.
Además, el MMI presentado a bordo del Audi A8 de 2010 dio paso a la evolución hacia el MMI Touch, un panel táctil que permitía introducir manualmente mediante el reconocimiento de textos y números la dirección del destino elegido o el número de teléfono con el que se quería conectar.
En 2013, el Audi A3 contó con un nuevo elemento de control que sustituía a la rueda del MMI y al Touchpad por una nueva superficie táctil llamada Touchweel.
Pero si hay un salto en la digitalización de los sistemas de información y entretenimiento es el que supuso el Audi virtual cockpit presentado en el CES de Las Vegas en 2014. Dentro del Audi TT Coupé, este equipo de instrumentación digital equipaba un display TFT de 12,3 pulgadas o, lo que es lo mismo, 31,2 centímetros de pantalla con una pantalla de 1.440 x 540 píxeles y donde la persona que tomara el volante del deportivo tendría frente a sí toda la información necesaria y según sus necesidades gracias a las diferentes opciones de configuración que quedaban ajustadas desde el propio volante multifunción.
De nuevo y, ya acercándonos a un presente prácticamente digital de la instrumentación, de nuevo, el Audi A8 incorporó finalmente pantallas táctiles con respuesta háptica. Gracias al mando MMI touch response, con dos pantallas sensibles al tacto activan de manera similar a la que se haría en caso de contar con unos botones analógicos la respuesta requerida.
El último episodio de la evolución de los sistemas de información, entretenimiento, comunicación, geolocalización, configuración del vehículo… se encaminan a la eliminación de los botones tradicionales accionados mecánicamente a partir del esfuerzo muscular en favor de otros de accionamiento intuitivo, inmediato y práctico habida cuenta de que, tanto el sistema de control por voz, que es capaz incluso de dialogar con el interlocutor gracias a la inteligencia artificial.
Y es que la propia IA ya está presente en la cuarta generación del Audi A8 de manera que el vehículo es capaz de aprender, reconocer, analizar e interactuar con sus usuarios sabiendo cuáles son los gustos, necesidades, hábitos de los mismos, con el fin de ofrecer una experiencia de conducción lo más agradable y segura posible.
¿El siguiente paso?
La conducción autónoma, algo que ya ha sido recogido por los ingenieros de Audi en propuestas como el prototipo Audi Aicon que cuenta con un nivel de conducción autónoma que prevé la desaparición de elementos ahora tan poco sustituibles como el volante o el pedalier.
Las opciones que se abren en cuanto a un nivel de conducción autónoma de 4 o superior abren las puertas a la inclusión de otras tecnologías que potencien, aún más, los sistemas de información y entretenimiento como son las de realidad virtual o sonido envolvente habida cuenta del control gestual o visual sin olvidarnos de la aparición de la representación holográfica con la que los ocupantes de los coches del futuro podrán interactuar cual chófer se tratara.
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