6 consejos para que el aire acondicionado de tu coche funcione siempre bien
Llegó el calor, toca echar mano del aire acondicionado del coche… y no enfría lo suficiente. Si quieres que esto no pase, lo mejor es que prestes atención a estos consejos.
Vale, no me lo digas. ¿El aire acondicionado de tu coche no enfría lo suficiente? Dice el refrán que normalmente sólo nos acordamos de Santa Rita cuando llueve. Y aplicado al automóvil y a la estación veraniega, con el aire acondicionado de nuestro vehículo pasa lo mismo cuando empieza a hacer calor. ¿Alguna vez te has preocupado de su mantenimiento?
Un sistema de aire acondicionado funciona enfriando el aire a través de un intercambio de calor. Un gas encerrado en un circuito –el gas refrigerante– se enfría al verse sometido a procesos mecánicos que hacen que pase de estado gaseoso a líquido y a la inversa. Si en la zona en la que el gas está frío hacemos pasar la corriente de aire que vamos a introducir en el habitáculo, conseguimos la climatización del mismo. Pero el sistema necesita de muchos elementos: compresor, evaporador, las tuberías que contienen el gas… Y como cualquier mecanismo, sobre todo si pasa períodos de tiempo sin utilizarse, necesita unos cuidados.
Siguiendo estos consejos conseguirás mantenerte fresquito en verano, y conseguirás que el aire acondicionado de tu coche no te cause quebraderos de cabeza… y agujeros en el bolsillo.
1. Atento a las posibles averías
Algunos síntomas nos alertarán de una posible avería, fallos o problemas con el sistema de aire acondicionado del coche. Cuando el aire acondicionado empieza a enfriar menos, lo más normal suele ser la falta de gas refrigerante. Un olor desagradable a humedad al conectar el aire acondicionado es señal de la presencia de hongos y bacterias o polvo en el sistema, o de un filtro de habitáculo en mal estado. Si este filtro se satura o algún conducto se bloquea, el aire acondicionado tardará mucho tiempo en enfriar y se notará pérdida de caudal.
2. Recarga el aire acondicionado de tu coche
Una revisión al año no hace daño –hoy me ha salido la vena refranera– . Bueno, tampoco seamos tan estrictos. Pero lo recomendable es revisar el sistema del aire acondicionado del coche como mínimo al menos un año sí y otro no… y recargarlo si es necesario.
Hay quien aconseja recargar el gas del circuito del aire acondicionado cada dos años, porque se supone que el circuito puede perder entre un 15 y un 20 por ciento de gas de forma natural. Pero tampoco es eso. Mi consejo es hacerlo si el sistema de climatización comienza a perder efectividad, esto es, en cuanto notes que no enfría como antes. Ojo con este tema, las recargas de gas del sistema de aire acondicionado, como todo, deben ser realizadas por profesionales y en talleres que te den garantías. Tan malo es llevar el coche con poco gas en el circuito… como cargarlo de forma inadecuada y que el compresor trabaje en exceso, lo que puede provocar averías prematuras.
¿Cuánto cuesta recargar el gas del aire acondicionado del coche? Pues depende. Encontrarás talleres en los que se oferta cargar el gas desde unos 50 euros, y en un concesionario oficial puedes superar con holgura el doble de esa cantidad. Cuidado con los presupuestos “baratos”, mira bien lo que incluyen, porque lo ideal es vaciar el circuito y cargarlo enteramente de nuevo, además de hacer una completa revisión de posibles fugas, del estado de la correa del compresor y del filtro del habitáculo. Un presupuesto razonable para un coche compacto se mueve en torno a los 75 euros. Adicionalmente, también existen tratamientos de oxigenación antibacterias y antiolores a base de ozono, que pueden subir el precio a unos 90 o 100 euros, aunque no son imprescindibles.
3. Protege tu coche del sol
Parece una tontería, pero mi consejo es que lo pruebes –si no lo has hecho ya– y opines cuando hayas comprobado su tremenda eficacia. Utilizar un sencillo parasol para proteger el habitáculo de la radiación solar cuando dejas el coche aparcado puede disminuir la temperatura en el interior más de 10 grados. La diferencia no es solo poder tocar el volante o la palanca de cambios o tener que esperar unos minutos para poder hacerlo. Al quitarle el trabajo de reducir esa temperatura “extra” en el habitáculo al aire acondicionado, gastarás menos combustible, el sistema sufrirá menos, y alcanzarás antes la temperatura de confort.
Por el mismo motivo, conviene acordarse siempre de dejar cerrado el techo solar y la correspondiente cortinilla protectora –en caso de tenerla–, y llevarlo cerrado si conduces en horas en las que el sol está muy alto.
4. Selecciona una temperatura de confort adecuada
Como cualquier sistema en el que hay máquinas implicadas, si evitas que trabaje al máximo rendimiento, alargarás su vida útil. Con el aire acondicionado sucede lo mismo, y no conviene someterlo a cargas elevadas.
No tengas mucha prisa por enfriar el habitáculo, mejor hacerlo progresivamente, aunque al principio tengas que abrir las ventanillas o incluso utilizar unos minutos la recirculación para que la renovación del aire caliente por aire frío se produzca antes. Una vez alanzada la temperatura de confort, si todo está en orden, no será difícil mantenerla. Lo ideal es seleccionar una temperatura interior alrededor de los 21 grados. Si tu coche tiene climatizador, selecciona la temperatura y pulsa el modo “auto”. Si no lo tiene, utiliza velocidades bajas o intermedias del ventilador, y procura no dirigir nunca las salidas de aire frío directamente al cuerpo.
5. ¡Ventanillas arriba!
El único argumento que pueden esgrimir los que en verano optan por bajar las ventanillas en vez de conectar el aire acondicionado es el del consumo. Y se equivocan, al menos en parte. Sí, un coche con el aire acondicionado conectado consume algo más. Pero también lo hace un coche con las ventanillas bajadas, especialmente viajando por autopista, al alterar la aerodinámica. Se igualan un poco las cosas, pero la ventaja del aire acondicionado es definitiva, y no tiene precio: viajar con mayor seguridad y más confort, retrasando la aparición de la fatiga.
6. Usa el aire acondicionado también en invierno
Si en verano el aire acondicionado mantiene un ambiente confortable en el habitáculo, en invierno supone de gran ayuda cuando toca eliminar el vaho de los cristales. No, no es necesario pasar frío, no te equivoques. Simplemente utiliza el aire acondicionado junto a la calefacción. El sistema de refrigeración seca el aire al enfriarlo, y este aire tiene más capacidad para absorber la humedad. Te garantizarás así una correcta visibilidad y, de paso, le harás un favor al sistema de aire acondicionado, al que no le viene mal ponerse en marcha de vez en cuando también en tiempo frío –un par de veces al mes es suficiente–, para que las juntas del circuito se mantengan lubricadas y no se resequen.
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