Seat Exeo 2.0 TDI 143 CV, prueba (parte II)
Ponerse a los mandos de un Exeo es como sentarse en un Audi (lo hemos discutido en la parte anterior), de eso no nos queda duda y esto lo digo para bien. Siempre asociamos a la marca de los aros a un nivel superior que la española, por lo que ahora, que nos ofrecen un […]
Ponerse a los mandos de un Exeo es como sentarse en un Audi (lo hemos discutido en la parte anterior), de eso no nos queda duda y esto lo digo para bien. Siempre asociamos a la marca de los aros a un nivel superior que la española, por lo que ahora, que nos ofrecen un interior muy similar, a mucho menor precio, deberemos aplaudirlo.
Pero a pesar de heredar un diseño de hace unos años, incluye mejoras tecnológicas en los motores diésel como más destacable. No me veo conduciendo un Exeo con motor diésel de 100 CV del 2003 (aunque se comercializa un gasolina 1.6 de 102 CV) ni presentar como una novedad los faros bixenon direccionables ni el climatizador bizona, por poner varios ejemplos. Podemos decir que es un nuevo modelo adaptado a las nuevas tecnologías en un diseño de líneas no tan modernas de perfil, pero sí en el frontal y en la trasera.
Espacio interior y exterior
La estética exterior e interior es siempre algo que nos hará decidirnos por un coche u otro (considerando el precio y el equipamiento, por supuesto) porque igual que una camisa, nos identificará como persona. Las líneas del Exeo son elegantes y hereda prácticamente todo de la versión anterior de su homólogo en la marca germana, aunque con leves diferencias.
El Exeo tiene un coeficiente aerodinámico de 0,29 con unas medidas de 4,67 metros de largo y 1,77 de ancho con un peso que se acerca a la tonelada y media (1.430 kg.) que no llega a ser demasiado para una berlina de este tipo. A simple vista no parece muy grande e interiormente tampoco lo es, aunque bien se puede sentar a 5 adultos, no sería muy bueno tenerles varias horas de viaje sin moverse. El espacio trasero no es muy amplio. Sin embargo, el maletero sí puede presumir de espacio con sus 460 litros, de sobra para guardar maletas y demás equipaje. Un detalle al abrir el reposabrazos trasero es la funda que se extiende casi hasta los asientos delanteros (ver detalle) y que permite guardar los skis (o cualquier otro objeto del mismo tamaño) sin miedo a estropear la tapicería.
Los espejos que incluye son de la nueva gama Seat, más redondos, igual que unos faros y pilotos únicos para el modelo. Los últimos recuerdan ligeramente al A4 pero no son idénticos. Sin embargo, la apariencia de la parrilla delatera tanto de faros de carretera como antiniebla recuerdan claramente al León o al Ibiza, pero menos agresivo y deportivo. Además de perfil, en color oscuro, podría ser casi obligado el marco plateado en las puertas que se ofrece de serie en el acabado Style pero como opción en la Sport.
Las llantas modelo Dante de 16» no ofrecían un aspecto más deportivo, aunque en lo que a conducción se refiere, con unas medidas de neumáticos de 205/55 le ofrecían máximo confort en carretera, a la vez que más económicos en el momento de su cambio. Esto, junto con la comodidad y ergonomía de los asientos, el éxito en viajes largos está asegurado, siempre que no se ocupen las 5 plazas y no sean personas muy corpulentas.
Los materiales con que están recubiertos tanto la consola central como los reposabrazos de las puertas son idénticos que en Audi. A simple vista son muy bonitos y dan un aspecto elegante, pero cuando pasan unos años, el deterioro se hace presente y comienza a despegarse la tela (que no es tela) y a aparecer puntos y espacios blancos, algo que no agrada a nadie. Esto sobre todo se hace notar en los mandos de elevalunas que al tener aristas su desprendimiento es fácil y en los mandos del climatizador y la radio. Por lo tanto, la calidad en este aspecto, no es muy buena. Aunque no podemos decir lo mismo del salpicadero, que al contrario, presenta un material de calidad resistente a las exposiciones continuadas al sol.
El color beige de la parte inferior del interior desde la guantera y el volante que acompaña también en las puertas a juego con los asientos, además del borde exterior en aluminio de las tres salidas de aire en el salpicadero central ofrecen un toque de distinción y elegancia digno de las gamas más altas. Sin embargo, el reposabrazos central delantero no hace más que estorbar, bien en el cambio de marcha o bien al poner el freno de mano, que se puede ver como llega incluso a tocar en éste (ver detalle).
En la tercera y última parte hablaremos del resto de equipamiento que no hemos tocado en esta parte y comentaremos los consumos obtenidos en la prueba dinámica.
Fotos | Javi Vicente
2 comentarios
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A la primera parte me la perdi pero la verdad que viendo esta segunda parte me enamore de este modelo es un lujo, saludos
Vamos es igual que el A4 lo unico qe habra que ver si la diferencia esta en su precio, y claro esta que no afecte a sus prestaciones y mas aun que le hayan solucionado el problema que tienen los A4 con el caudalimetro.